sábado, noviembre 23, 2024

Denuncian presunto sobrecosto de más de $44.000 millones en obra de la Alcaldía de Armenia

Otras noticias

Después de diez años de retrasos, sobrecostos y polémicas, la conexión vial entre la Avenida Centenario y el Portal del Quindío sigue sin ver la luz. Esta obra, proyectada inicialmente en 2014 como parte de las 12 financiadas por valorización, se ha convertido en un monumento al despilfarro y la ineficiencia administrativa. La ciudadanía de Armenia, que soporta los embotellamientos y los efectos de la mala planificación, ahora también carga con una deuda que no para de crecer.

La sombra del fracaso: Un alcalde sin respuestas claras

Bajo la administración del actual alcalde, James Padilla García, la situación de esta obra se ha vuelto crítica. En un claro ejemplo de falta de liderazgo y gestión deficiente, Padilla heredó una obra iniciada por el exalcalde José Manuel Ríos Morales con un costo proyectado de $32.500 millones. Sin embargo, en su mandato, los costos han escalado de forma alarmante: el proyecto terminará costando $60.200 millones, lo que representa un sobrecosto de $27.700 millones desde el inicio del contrato.

El alcalde ha intentado justificar los constantes retrasos con promesas vacías. En repetidas ocasiones aseguró que la obra estaría lista para las festividades de octubre, un compromiso que se desvaneció sin explicaciones claras. Su administración no ha ofrecido soluciones concretas ni una rendición de cuentas adecuada para los ciudadanos, quienes son los más afectados por los incumplimientos.

James Padilla no solo ha permitido que la obra se prolongue sin fecha definida de entrega, sino que según denuncias realizadas, al parecer, se habría autorizado adiciones presupuestales y nuevos plazos sin cuestionar la eficiencia de los contratistas. La pregunta que surge es: ¿dónde está el control administrativo y por qué se sigue alimentando un proyecto mal gestionado con el dinero de los contribuyentes?

Sobrecostos y mala planificación: La cifra que escandaliza a Armenia

El valor inicial de esta conexión vial era de $17.000 millones en 2017. Sin embargo, bajo la administración de Padilla, el costo habría escalado casi cuatro veces, alcanzando los $60.200 millones. Esta cifra incluye:

$54.000 millones en obras.

$4.000 millones en interventorías.

$2.200 millones para obras complementarias (señalización, iluminación y semaforización).

Lo más grave es que la obra aún no ha sido entregada, y la administración ha continuado ampliando los plazos sin garantizar su finalización. Cada mes que pasa, los armenios son los que pagan por esta ineficiencia, mientras la movilidad urbana sigue sufriendo.

Una obra que no soluciona la movilidad: Conexión incompleta y mal diseñada

Más allá de los sobrecostos, la obra ha sido duramente criticada por expertos en movilidad, quienes aseguran que su diseño es ineficiente y no responde a las necesidades de la ciudad.

Sentido occidente-oriente: La vía solo permite la circulación hacia el sur, sin opción de tomar la ruta hacia el norte, lo que limita su funcionalidad.

Sentido oriente-occidente: La conexión únicamente sirve para los vehículos que bajan de norte a sur, dejando sin opciones a quienes circulan en sentido contrario.

Este diseño defectuoso augura más caos en el tráfico, creando nuevos puntos de embotellamiento en lugar de solucionarlos. La ciudadanía se pregunta si realmente valió la pena invertir tanto tiempo y dinero en un proyecto que no mejorará de forma significativa la movilidad urbana.

El fracaso del sistema de valorización: Una deuda sin retorno

El sistema de valorización, que debía financiar la obra, ya había sido motivo de escándalo durante el gobierno de la exalcaldesa Luz Piedad Valencia, quien desvió recursos en complicidad con su esposo Francisco Valencia. Además, buena parte del dinero recaudado terminó destinándose al pago de los intereses de un crédito contratado por la administración anterior.

Ahora, en la administración de Padilla, no solo se arrastra esta deuda, sino que se siguen sumando adiciones presupuestales sin control, lo que ha generado un profundo malestar entre los ciudadanos. La falta de transparencia y gestión ha hundido aún más un proyecto que ya nació en medio de la controversia.

Críticas desde el Concejo: “¿Quién responde por esto?”

El concejal de oposición José Ignacio Rojas ha sido una de las voces más críticas sobre la gestión de James Padilla en este tema. A través de sus redes sociales, expresó:

“Al día de hoy, esta vía de la conexión entre la Avenida Centenario y el sector del Portal del Quindío le está costando a los armenios la suma de $60 mil 200 millones. Hoy vale casi 4 veces más de lo proyectado y aún no está habilitada para los ciudadanos. ¿Quién responde por ello? Recordemos que el dinero sale del bolsillo de los contribuyentes.”

Las declaraciones del concejal reflejan el malestar generalizado en la comunidad, que ve cómo los recursos públicos se diluyen sin obtener resultados tangibles. El alcalde Padilla ha evitado enfrentar estas críticas de manera frontal, limitándose a promesas incumplidas y sin ofrecer una solución definitiva.

Conclusión: Una administración que evade responsabilidades

El caso de la conexión vial entre el Portal del Quindío y la Avenida Centenario es un claro ejemplo de gestión ineficaz, sobrecostos injustificados y promesas incumplidas. La administración de James Padilla ha demostrado ser incapaz de manejar este proyecto con la seriedad y responsabilidad que los armenios merecen.

Cada día de retraso y cada adición presupuestal reflejan la ausencia de liderazgo del alcalde, quien ha permitido que la obra se convierta en un problema monumental para la ciudad. La movilidad sigue estancada, los ciudadanos se sienten engañados, y el costo sigue aumentando sin un horizonte claro.

Este tipo de situaciones son la clara muestra de que el municipio de Armenia parece no salir de décadas de oscuridad bajo el liderazgo político de ‘casas’ que al parecer, poco les interesa el desarrollo de la ciudad en la que cada día se vuelve más cierto ‘vivir de milagro’.

La pregunta que queda en el aire es: ¿quién asumirá la responsabilidad por este desastre administrativo? Hasta el momento, la única certeza es que los armenios pagarán el precio de esta obra mal gestionada, tanto en términos económicos como en calidad de vida.

Recientes

Más noticias