Imagen de referencia para ilustrar la nota. /FOTO: ARCHIVO.
Cuando Anderson Marín Roldán vio a policías se asustó y botó 22 baretos envueltos en aluminio. Las autoridades se le acercaron, lo requisaron y le encontraron varias dosis de base de coca.
Pero hubo más, un hombre que se encontraba a su lado, fue interrogado por las autoridades y este les manifestó que Anderson le había vendido un cigarrillo de marihuana y una pastilla. El hombre fue capturado de inmediato, procesado y ahora fue condenado por aquellos hechos.
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La situación por la cual fue sentenciado a 3 años y 10 meses de cárcel ocurrió el 27 de noviembre del año pasado.
Casi sobre la medianoche, una persona llamó a la Policía e informó que en la calle 41A con la carrera 70, barrio Laureles, se encontraba un grupo de personas consumiendo estupefacientes.
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Cuando llegaron sorprendieron a Marín Roldán con el estupefaciente y lo capturaron por el delito de porte, tráfico o fabricación de estupefacientes.
En el Centro
Otra de las personas que fue sentenciada fue Francisco Javier Lara Pérez.
El caso se presentó el 9 de noviembre del año 2020 en el centro de Medellín. Esa mañana, en la calle 54 con la carrera 54, barrio Estación Villa, las autoridades lo capturaron porque llevaba consigo cocaína, marihuana, pastillas de rivotril y clonazepam, ya listos para su distribución.
El hombre fue procesado por el delito de fabricación, porte o tráfico de estupefacientes, por lo que deberá pagar 8 años de cárcel y 124 salarios mínimos legales mensuales vigentes ($ 124.000.000).