Juan Esteban partió hace más de un año en búsqueda de un mejor futuro. /FOTO: CORTESÍA
La historia del paisa Juan Esteban Agudelo, quien fue asesinado en la frontera de México con Estados Unidos, conmovió a las personas que la conocieron a través de los medios de comunicación.
Este joven, de 25 años de edad, quien trabajaba en Medellín como pulidor de pisos, partió de su ciudad natal hace poco más de un año en búsqueda de un mejor futuro.
Estuvo en Guatemala, en donde no le fue muy bien. Por eso, y como estaba cerca de México, se le metió en la cabeza la idea de cruzar la frontera con rumbo a tierras norteamericanas.
Fue una travesía larga que le tomó varios meses, pero tuvo un triste desenlace. A Juan Esteban los asesinaron antes de cumplir con su objetivo.
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El pasado 12 de julio, sus familiares, que viven en el sector de Robledo, en el occidente de la ciudad, recibieron una llamada en la que les decían que Juan Esteban estaba muerto y les mandaron una foto con la que lo reconocieron.
Medios locales contaron que encontraron tres cuerpos en una carretera del estado de Tamaulipas, limítrofe con Texas. Les habrían disparado.
La lucha para repatriar su cuerpo
Desde ese momento comenzó todo un martirio para la familia de Juan Esteban, pues ni habían podido viajar a México a reconocer el cuerpo.
Ninguno de ellos tenían pasaporte y mucho menos el dinero que se requería para repatriarlo.
Por eso, dieron a conocer a través de los medios de comunicación la situación que estaban atravesando y lograron traer el cuerpo de Juan Esteban, para que pueda descansar en paz en su natal Medellín.
Su familia contó que era un joven trabajador que solo estaba en busca de un mejor futuro. /FOTO: REDES SOCIALESStefanía Agudelo, hermana de Juan Esteban, le contó a Q’HUBO que gracias a la colaboración de varias personas, así como del esfuerzo de su familia, pudieron traerlo. El cuerpo llegó este martes, 8 de agosto, y ya pudieron darle cristiana sepultura.
“A ninguno de los miembros de la familia les tocó viajar. La noticia se expandió y logramos comunicarnos con el Consulado colombiano en México y ellos nos ayudaron con el proceso de identificación por videollamada”, relató.
Contó que realizaron varias actividades y hasta vendieron morcilla y tamales para poder recoger lo que necesitaban para el proceso de repatriación.
“Lo que nosotros queremos es agradecer a los medios de comunicación y a todas las personas del barrio y de otras partes, hasta de afuera del país. Nos han llegado consignaciones de personas que desconozco”, dijo.
Para finalizar, hizo un llamado a los gobiernos colombiano y mexicano.
“Al Gobierno colombiano, para que no sea tan indiferente con las necesidades del pueblo. Y al mexicano, esperamos que nos aclaren qué fue lo que pasó, que empiece la investigación y nos mantengan al tanto de todo esto”, dijo.