Múltiples figuras para realizar rituales y numerosos equipos para trabajar el mercado negro digital fueron encontrados en la captura de este buscado narcotraficante alemán.
En un arduo operativo conjunto, las autoridades colombianas y estadounidenses lograron la captura del alemán Patrick Schmitz, alias Patrick, acusado de liderar una sofisticada organización de narcotráfico internacional y lavado de activos.
Sin embargo, lo que dejó atónitos a los agentes fue el llamativo descubrimiento de un altar en la lujosa cabaña donde se escondía Schmitz, en el corregimiento samario de Taganga.
Patrick Schmitz, conocido por sus vínculos con el Clan del Golfo y el Cartel de Sinaloa, se refugiaba en una mansión protegida por un sofisticado circuito cerrado de televisión, que vigilaba los alrededores de la propiedad las 24 horas del día. Pero más allá de la seguridad tecnológica, lo que realmente llamó la atención de los investigadores fue un altar repleto de imágenes y estatuillas asociadas a la brujería y el satanismo. Este hallazgo sugiere que Schmitz practicaba rituales satánicos como parte de sus operaciones criminales.
El arresto de Schmitz se logró gracias a un minucioso seguimiento realizado por agentes de inteligencia policial, quienes habían estado detrás del rastro que dejaba dentro de organizaciones dedicadas al narcotráfico. El operativo, coordinado con la Homeland Security Investigations (HSI) y otras agencias de Estados Unidos, fue ejecutado en respuesta a una orden emitida por la Corte Distrital de Nueva Jersey.
Según informó la Policía, alias Patrick era un experto en el uso y gestión de la dark web, plataforma que utilizaba para consolidar enlaces criminales con narcotraficantes y traficantes de armas. Schmitz era propietario de varios portales en la dark web, conocidos por su alta reputación criminal. A través de estos portales, comercializaba en Norteamérica cocaína, drogas sintéticas, pornografía infantil, servicios de hacking y accesorios para ocultar dispositivos de almacenamiento de información ilícita.
Su dominio de la dark web y los métodos de pago clandestinos lo convirtieron en un objetivo prioritario para las autoridades.
Este reconocido traficante se ocultaba en Colombia desde 2015, huyendo de las autoridades estadounidenses. El experto utilizaba varios métodos de pago para facilitar transacciones ilegales entre organizaciones criminales operativas en Colombia, Centroamérica y Estados Unidos.
Además, adelantaba inversiones criminales en Colombia para ocultar sus ingresos ilícitos mediante inversiones en el sector hotelero, especialmente en zonas turísticas de los departamentos de Magdalena y La Guajira.
La estructura criminal de Schmitz estaba compuesta por numerosos colaboradores que le facilitaban el envío de estupefacientes hacia Estados Unidos utilizando la modalidad de contaminación de contenedores.
Su dominio de la dark web y los métodos de pago clandestinos lo convirtieron en un objetivo prioritario para las autoridades transnacionales.