Por Néstor Ocampo
No es la primera vez que denunciamos *MALTRATO ANIMAL en los cultivos de la empresa extranjera Smurfit Kappa (Reforestadora Andina)*, ni sucede solo en Risaralda. Es algo más común de lo que parece porque sucede en lugares distantes donde casi nadie se da cuenta, en el campo, *en medio de los “desiertos verdes” de pinos y eucaliptos*.
Este caso se registró en la *vereda Santacruz de Barbas, Pereira, Risaralda*, cerca de la cancha de golf Santa Barbara, a la 1:45 de la tarde, ayer lunes 19 de diciembre de 2022. Los animalitos se encontraban solos, asustados, exhaustos, *uno de ellos completamente agotado y derrumbado bajo el peso de la carga*. No se le pudo auxiliar por temor a causarle mayor daño, dado el peso de los troncos. Y a pesar de que se buscó y se llamó a ver si aparecía alguien, *NADIE APARECIO*. Se hizo lo mismo cerca de la casa de la finca y NADA.
El caso es que, *a pesar de estas denuncias, tanto en Risaralda como en el Quindío, el maltrato animal sigue en los frentes de trabajo de la empresa multinacional Smurfit Kappa*. Parece que no hay autoridad local, regional, o nacional, que se ocupe de esto y se atreva a exigir a esa empresa, como se exige a otras personas y empresas, respeto a los animales. *Es lamentable la permisividad, hasta complacencia, con una empresa que desplaza a nuestros campesinos, acaba con la diversidad biológica, agota fuentes de agua, empobrece los paisajes y… maltrata a los animales.*