sábado, octubre 5, 2024

La amenaza de Mario Castaño y el fuego amigo del liberalismo | Por Finito

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Una noche el senador Mario Castaño amenazó al gobernador del Quindío, Roberto Jairo Jaramillo, porque este no le había dado oportunidad de estar en su gobierno. Sin duda alguna la decisión fue acertada, pues uno, el senador, terminó en la cárcel por corrupción y el otro, el mandatario, nominado como uno de los mejores gobernadores del país.

Para los pulsos, Jaramillo tiene fuerza, es un volante 6 que va duro y sin miedo. En las pasadas elecciones le dio su bendición a Juan Miguel Galvis y Galvis demolió a sus rivales,  a quienes les dio una ventaja de 9 meses, derrotándolos en solo 3. Es que cuando de política se trata, el gobernador sabe hacia dónde va y se pone en guardia.

En el año 2020, cuando en el imaginario colectivo era un hombre ejemplar, Castaño fue asignado por el presidente del partido Liberal, César Gaviria Trujillo, para que en representación de la colectividad, en un acto simbólico, le impusiera la banda a Jaramillo Cárdenas.

Apoyado por ese partido, el carismático líder cívico quindiano se había impuesto en las elecciones regionales. Barrió con una espectacular votación, propiciando lo que él bautizó como el inicio del cambio en el departamento.

He aprendido a conocer a Jaramillo Cárdenas: regularmente es amable, servicial y jocoso, pero un segundo más tarde, sin necesidad de fruncir el seño, pasa a ser firme, contundente y rocoso, es el que manda y se apoya en la razón. Cuando tras participar en su posesión, Castaño, el amable congresista, se transfiguró en un agente de poder que quería imponer sus propuestas y proponer movimientos económicos evidentemente corruptos, recibió de Jaramillo una cordial invitación a alejarse.

Quería intervenir en la contratación, ser el poder detrás del poder y Jaramillo le cerró la puerta. “Por menos de esto he puesto a gente a flotar en el río De La Vieja”, les dijo el congresista al gobernador y a su hijo, Pablo Jaramillo. El mandatario no sabe si fue brabuconería, pero eso le confirmó que la distancia con el senador era la mejor decisión, y a su hijo, hoy candidato a Doctor en Estudios Políticos y Jurídicos, ese episodio le dejó claro cual era el enemigo que debía combatir: la corrupción. El ‘Niño’, para ese entonces, le dejó claro a Castaño que no le tenían miedo, que no iban a entregar el departamento ni a ceder un grado de autonomía y le dijo que hiciera lo que tuviera que hacer.

En conversaciones con diferentes medios de comunicación, en entrevista que extrañamente desaparecieron, pero que algún día han de volver a la luz, Castaño despotricó del gobernador porque lo había apartado de su gobierno. Pero él se mantuvo firme, contundente y rocoso.

Sin embargo, todo ser humano recuerda lo que prefiere recordar, tiene memoria selectiva, y la oposición de Jaramillo Cárdenas nunca olvidó que Castaño fue quien le impuso la banda, y nunca reconoció la valentía del mandatario para plantarle cara a quien, más tarde la justicia demostró, era un monstruo de la corrupción.
Ninguna acusación contra Jaramillo prosperó, pues actuó con transparencia. Gaviria envió a Castaño a estar en la posesión del gobernador y tras darle vueltas a varias páginas le dio la espalda a Jaramillo de cara a las elecciones de 2023, optando por apoyar a Atilano Giraldo. Hoy el gobernador y su grupo está alejado del liberalismo.
El escándalo de corrupción protagonizado por Castaño fue denominado Las Marionetas, en el cual resultó involucrado el caldense Pablo César Herrera, gerente de Proyecta y cercano al exsenador, por interés indebido en la celebración de contratos y concierto para delinquir. Herrera, que tiene casa por cárcel, aún defiende su inocencia.

Castaño murió ayer en una celda de la cárcel La Picota, de Bogotá, donde purgaba una condena de 15 años y 11 meses por 19 delitos relacionados con corrupción. El contador no será recordado gratamente en el Quindío; mientras tanto el quindiano, al que juró destruir, está nominado en el Premios Mejores Gobernantes 2020-2023, de Colombia Líder. La historia los juzgará.

 

Por: GS Oliver Comunicador social – periodista Director www.finito.pro

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