El pollo y la carne de cerdo son las que más se piden en algunos restaurantes de corrientazo. /FOTOS: JESSICA M. CANO
Cuando Carlos Azócar, quien hoy en día administra un restaurante ubicado en el centro de Medellín, llegó a trabajar en este lugar la situación era muy diferente. Por el mismo precio, usted podía escoger cualquier proteína para el corrientazo, ya fuera res, cerdo o pollo.
Sin embargo, como el precio de la carne de res sigue subiendo, en el restaurante no hubo de otra que darle opciones a los comensales para que el bolsillo no sufra tanto y, por ahí derecho, para que el restaurante no pierda plata.
Chicharrón y pierna de cerdo, los más pedidos en el corrientazo
Este viernes, 19 de agosto, don Carlos compró el kilo de posta de res a casi 30.000 pesos. Por el contrario, la misma cantidad de chicharrón le costó unos 15.000 pesos.
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“Por eso el plato con chicharrón es más barato. Está a 6500 pesos, mientras que los demás están a 8000 pesos y si lo piden con carne de res frita (sudada es más barata pues rinde más), ya se sube a 10.000 pesos”, contó este hombre, quien maneja unos precios muy económicos porque venden en gran cantidad, y por eso siempre tiene su clientela fija.
Dependiendo de la carne, cambia el precio del plato para ajustarse al bolsillo.De hecho, antecitos del mediodía, ya tenía 2 clientes que prefirieron pierna de cerdo y pollo para no gastar de más.
Los fríjoles, por las nubes
Corrientazo paisa que se respete tiene fríjoles. Aquí nos encanta una o dos cucharaditas de fríjoles en el plato, al lado del arroz y aparte, la sopa. A eso se suma la ensalada, el jugo, una tajadita de maduro y la carne.
Así lo sirven en la mayoría de restaurantes en donde Q’HUBO estuvo de visita y en donde indicaron, que si la carne está cara, el precio del fríjol está por las nubes.
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Según contaron, hace un año, una libra de fríjoles se podía conseguir en 3000 pesos y por estos días, no baja de 6000. Por eso, a muchos nos les ha quedado de otra que subirle el precio al plato, y hace unos 3 meses, la mayoría de los restaurantes ubicados en los alrededores del Parque Bolívar, le tuvieron que aumentar 1000 pesos al precio final.
Por supuesto no faltó quien brincara por el aumento en el precio, pero no quedó de otra para poder mantener el negocio a flote.