Con el paso de los años y el crecimiento urbanístico de Cali, el cementerio fue trasladado a otra zona de la ciudad.
Noticias Cali.
En la carrera 5 entre las calles 22 y 23 del barrio San Nicolás, se encuentran dos imponentes ceibas que guardan una historia que data de principios del siglo XX. Estos majestuosos árboles, que actualmente se alzan como testigos del pasado, antiguamente marcaban la entrada al Cementerio Laico, inaugurado en 1901 y cercado con alambre de púas.
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En una época en la que la exclusividad religiosa era una realidad, el camposanto se estableció como el lugar de sepultura para aquellos profesaban la religión católica. En ese entonces, los ciudadanos que no seguían el catolicismo, los que habían fallecido por suicidio y los bebés que morían sin haber sido bautizados, no podían ser enterrados en este cementerio.
Las restricciones, por así decirlo, crearon conflictos, ya que en ese entonces habían otros eventos como la Guerra de los Mil Días. Durante la lucha contrataron soldados de Inglaterra cuyas víctimas no podían ser sepultadas en el panteón, lo que llevó a problemas diplomáticos y tuvieron que llegar a un acuerdo con la iglesia para resolver la situación.
Por otro lado, para abordar estas limitaciones, se promovió la apertura del cementerio para otras religiones. Según reportes de prensa de 1901, como los de El Noticioso, el Cementerio Laico comenzó a recibir a personas de religiones evangélicas, protestantes y judías.
La expansión urbanística llevó al traslado del cementerio
Con el paso de los años, el crecimiento urbano y la expansión de la ciudad, el cementerio pronto se vio rodeado por áreas residenciales. En 1930, el municipio decidió trasladar el cementerio a un nuevo terreno ubicado en la carrera 1 con calle 52, conocido hoy como el Cementerio Israelita. Este nuevo espacio se dividió en dos lotes: uno para evangélicos y otro para judíos.
Durante los 16 años siguientes, hasta 1946, se llevó a cabo el traslado de los cuerpos del antiguo cementerio al nuevo sitio, siempre y cuando los familiares reclamaran los restos. Los cuerpos que no fueron reclamados permanecieron en el antiguo cementerio.
La historia fue narrada por el historiador Ricardo Realpe, quien ofrece una visión detallada de este capítulo histórico. Para conocer más sobre esta historia fascinante, te invitamos a ver el reportaje completo en el siguiente video:
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