lunes, noviembre 25, 2024

La noche en las calles del Sucre en Cali: habitantes de calle entre basura, reciclaje, alucinógenos y algunos con esperanza de una ayuda

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Testimonios en el barrio Sucre, en la calle aguantan hambre, frío, rechazo, son víctimas de violencia, no hay quién atienda sus dolencias física, menos «las del alma ni el corazón».

Noticias Cali.

Personas en condición de calle, unos jóvenes; otros más adultos, algunos que llevan toda su vida en medio de circunstancias de dolor, consumo, violencia, y que se enfrentan al olvido de una ciudad que sigue su ritmo, sin mirar a quienes viven en la calle y andenes del Sucre, o de las llamadas ‘ollas’.

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La cifra de personas sin hogar ha aumentado considerablemente según el DANE.  el ultimo censo al año 2019 para la ciudad de Cali, refería aproximadamente 4749 habitantes  sensados.

De esta cifra, 87.9% hombres, 12,1% mujeres.

Aguantan hambre, frío, rechazo, son víctimas de violencia, no hay quién atienda sus dolencias física, menos «las del alma ni el corazón».

Para 2022, aunque no hay una caracterítización final, se presume que la cifra ya superó los 6000.

En la Avenida Sexta en Cali, los andenes se volvieron el ‘refugio’ de habitantes de calle

Podría seguir estando entre las ciudades con más población en estas condiciones, de zonas cercanas al centro como la Avenida Sexta y comunidades vecinas del norte, hay una alta presencia de quienes no tienen hogar, consumen alucinógenos (no todos), buscan en la basura que comer, y otros que roban.

En gran parte el problema de las basuras; regadas, y como algunos espacios se convirtieron en baños públicos tiene que ver con esa alta población de los ‘sin techo’.

Una vida precaria

En barrios como Sucre, San Bosco, el Calvario están las llamados ‘ollas de Cali’, esa que en el día son difíciles de atravesar pero en la noche, se convierten en otro mundo.

Zonas donde también hay sentimientos encontrados, proyectos de vida que no florecieron, errores cometidos que transformaron vidas «en infierno», como dicen ellos mismos.

«Andrés conoció las drogas desde muy niño», cuenta Andrés.

Aunque las ayudas de fundaciones que brindan desayunos y almuerzos, alivia la vida por ratos, muchos saben que «no es vida».

Algunos tienen aún la esperanza de encontrar una vida distinta, oportunidades y apoyo.

Lo cuentan directamente: aguantan hambre, frío, rechazo, son víctimas de violencia, no hay quién atienda sus dolencias física, menos «las del alma ni el corazón». Muchos, terminan siempre refugiados en el consumo de drogas.

La supervivencia en el barrio sucre

Aguantar frío, deambular en busca de comida, y algún lugar -en el andén, un separador o ante jardín de una casa o negocio- para dormir es el pan de cada día.

Andrés, Anderson y  Giovanny, coinciden: «Somos el espejo de la vida», le dicen a la gente, «si no quieren terminar así no consuman drogas».

Testimonios que recogió al medio TuBarco durante el recorrido que se hizo junto a la Fundación PIPS y Wilson Suaza, líder que ha trabajado con esta población desde hace varios años.

Atención gubernamental, insuficiente

Existe la estrategia ‘Cali Incluyente’, con la que capacitaron a varias personas entre jóvenes y adultos, vinculados con la Secretaría de Gobierno, para relacionarse con el habitante de calle, sus necesiddes y conocer los factores de riesgo que pueden llevar a esta situación.

También como parte de una labor preventiva.

Además, hay 15 puntos de comedores comunitarios  que alimentan al menos 50 personas diariamente.

Pero en la calle, siguen muchos sin recibir más que las sobras en la basura o lo que algún ‘buen samaritano’ le comparta.

De archivo:

 

 

 

 

 

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