La familia de Estaban José hace un llamado a las autoridades gubernamentales y policiales para que se intervenga la problemática.
Lo que debería ser un día de velitas lleno de luz e ilusión para Esteban José, un niño samario diagnosticado con trastorno por déficit de atención e hiperactividad –TDAH-, más trastornos del Aprendizaje –TA-, se convirtió en una noche de terror por cuenta de algunos vecinos ruidosos.
Esteban José, que vive junto a sus padres en el barrio Balcones del Libertador, debió aguantarse el ensordecedor ruido de una Pick Up por más de 24 horas, que lo llevó a entrar a una crisis y no parar de llorar.
Su madre desesperada, optó por cerrar cada hueco de su casa por el que pudiera entrar el ruido, sin embargo, nada era suficiente para controlar el bajo de los parlantes que, “se sentía como si estuviese sonando dentro de la vivienda”, según la progenitora.
Pasado el 7 de diciembre, la familia decidió irse de paseo para alejarse del ruido y esperanzados de que al volver todo iba a estar tranquilo y en silencio, pero, por lo contrario, el pick up estaba sonando mucho más fuerte.
“No sabemos qué hacer, el nene no soporta el ruido y se la pasa llorando. Esto es algo que vivimos todos los fines de semana y las autoridades no hacen nada por detener esta problemática”, señaló la madre.
Al llamado de esta familia desesperada, se le suma el del resto de la comunidad que también se ha visto afectada con los altos decibeles de ruido que hay cada que llega un pick up.