Testimonio de un conductor.
“Zozobra” es la palabra que repiten una y otra vez los conductores de buses urbanos en Barranquilla cuando se trata de describir lo que el gremio está viviendo en Barranquilla como consecuencia de la escalada de atentados contra el sistema.
Dialogando con Zona Cero, un conductor que no quiso ser identificado, habló de la situación que vive el gremio.
Él trabaja con una de las empresas que no se sumaron a la protesta de este lunes y que se vio obligado a salir a trabajar. Sin embargo, fue abordado por otros conductores y el bus que conducía fue ‘espichado’.
Recordando los episodios recientes en los que han perdido la vida tres conductores en los últimos 10 días, mencionó los temores que sienten tras los asesinatos de Willington José Hernández Borja, José Del Carmen Hernández Padilla y John Pardo Castillo.
En el primer asesinato, dos hombres en moto se acecaron del aldo izquierdo del bus y dispararon contra el conductor. En los dos siguientes, el sicario paró el bus simulando ser pasajero y disparó contra su víctima.
«Sigue el temor, sigue la incertidumbre porque la verdad es que estar así con esta zozobra no nos deja vivir tranquilos. Esa zozobra que causa el de la moto que se te para al lado o el pasajero que se te para en la puerta. Eso es una zozobra. Lo único que le pedimos a la policía es que de verdad nos brinden una solución integral, que nos cuiden», dijo.
Tras conocerse que se designó nuevo comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, que estará a cargo del coronel Jorge Urquijo, se le envió un mensaje claro: “Estamos en peligro”.
Reconocen los transportadores que ante las amenazas al gremio, son ellos quienes ponen la cara “y estamos pagando las consecuencia con estos actos delictivos de bandas criminales que operan en Barranquilla”.
Los operadores de los buses señalaron que el mensaje es decirle a la sociedad barranquillera y a las autoridades “que no queremos más muertos”.
“Queremos que el Distrito nos dé una solución real porque los que estamos en la calle somos nosotros”, señalan.
Los conductores no creen en las ‘rutas seguras’ porque admiten que “es imposible” poner un policía en cada bus.