“Bogotá nos necesita unidos. Tenemos que hacer un esfuerzo adicional. Juntos vamos a superar esta crisis”, enfatizó Galán.
La capital colombiana enfrenta una severa crisis ambiental desencadenada por el fenómeno de El Niño, que ha elevado las temperaturas y provocado una sequía sin precedentes. Ante esta situación crítica, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha tomado medidas drásticas para enfrentar la escasez de agua que aqueja a la ciudad y sus alrededores.
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Ante esta emergencia, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha decretado medidas de racionamiento de agua que afectan a nueve sectores de la ciudad, con suspensión del servicio durante 24 horas para cada uno de ellos. Tras completarse el primer ciclo de estas medidas, Galán presentó un reporte diario del consumo de agua, expresando su preocupación por la falta de reducción significativa en el uso del recurso vital.
«Ayer el consumo bajó medio metro cúbico frente al día anterior, pero no bajó respecto al primer ciclo. Necesitamos volver a la tendencia de mayor reducción de consumo. La situación es crítica y un día de lluvia o con una reducción importante en el consumo simplemente no es suficiente», declaró el alcalde durante su informe.
Según los datos proporcionados por Galán, el consumo diario de agua el pasado 27 de abril fue de 15,51 metros cúbicos por segundo, cifra que aún supera la meta establecida de 15 metros cúbicos por segundo. Además, el nivel de los embalses del Sistema Chingaza se encuentra en un preocupante 16,11%, muy por debajo del objetivo del 20% fijado para finales de abril.
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El alcalde hizo un llamado urgente a la población de Bogotá para intensificar las medidas de conservación del agua. «Bogotá nos necesita unidos. Tenemos que hacer un esfuerzo adicional. Juntos vamos a superar esta crisis», enfatizó Galán, quien también recomendó acciones como limitar las duchas a 3 minutos, abstenerse de lavar vehículos, ventanas o fachadas, y evitar acumular más agua de la necesaria para las actividades básicas.
Ante la gravedad de la situación, la colaboración ciudadana se vuelve fundamental para garantizar el abastecimiento de agua y afrontar esta crisis ambiental con responsabilidad y solidaridad.