160 articulados y 10 biarticulados de TransMilenio saldrían de operación el próximo 31 de diciembre.
La noticia de la salida de circulación de más de 160 articulados y 10 biarticulados del sistema TransMilenio ha generado un ambiente de incertidumbre entre los usuarios y ciudadanos que dependen diariamente de este medio de transporte en la capital colombiana. Según la información publicada por Info SITP Bogotá, los primeros móviles Volvo B10M con carrocería Marcopolo Gran Viale de Connexión Móvil se despedirán del servicio el próximo 31 de diciembre después de más de dos décadas de operación.
Este cambio, aunque parte de un proceso de renovación de la flota de TransMilenio, plantea la pregunta de si la ciudad estará preparada para cubrir la operación normal diaria con la salida de un número significativo de vehículos. La noticia ha encendido las alarmas sobre la posible escasez de articulados y biarticulados disponibles para el transporte público, lo que podría afectar la movilidad de miles de bogotanos.
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Aunque se destaca que los 47 buses biarticulados, incorporados en 2018, continuarán en servicio durante los próximos cuatro años, la magnitud de la retirada de más de 160 articulados representa un desafío logístico para el sistema de transporte. Los Volvo B10M de Connexión Móvil han sido testigos de la evolución del sistema TransMilenio y han brindado servicio a la ciudad durante más de dos décadas, pero su despedida plantea la necesidad de una transición fluida para evitar inconvenientes en el desplazamiento de los ciudadanos.
Info SITP Bogotá también hizo referencia a la incorporación de algunos móviles Euro 4 al sistema Megabus de Pereira, destacando que anteriormente hacían parte del operador Coobus. Esta movilización de vehículos entre ciudades podría tener un impacto indirecto en la disponibilidad de articulados en Bogotá, añadiendo un elemento adicional de incertidumbre en la ecuación de la movilidad.
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Ante esta situación, los usuarios y líderes de la comunidad instan a las autoridades competentes a brindar claridad sobre las medidas que se tomarán para garantizar la continuidad y eficiencia del servicio de transporte público en la ciudad. La fecha límite del 31 de diciembre se acerca rápidamente, y los ciudadanos esperan respuestas sobre cómo se manejará la transición y si se implementarán soluciones para evitar posibles inconvenientes en la movilidad de Bogotá.