El consumo de cigarrillo, tabaco o nicotina o cigarrillos electrónicos de manera repetitiva y crónica conduce al aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular, como infarto al miocardio, eventos coronarios de tipo anginoso y eventos cerebrovasculares.
Si bien en el departamento para el año 2022 se reportó una reducción en el consumo de cigarrillo, pasando de un 19% de prevalencia durante los años 2008 a 2019 a un 11% de prevalencia para la vigencia anterior, el uso de cigarrillos electrónicos ha venido en aumento, a nivel nacional y mundial agudizando así los problemas de salud, principalmente en jóvenes.
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