domingo, octubre 6, 2024

¿Qué tiene el alcalde de Calarcá contra los medios de comunicación? Caso QN | Opinión por: Finito

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Al parecer, el alcalde de Calarcá, Sebastián Ramos, está empeñado en seguir los pasos de su admirado presidente Gustavo Petro. Ambos comparten la misma habilidad: ofenderse con facilidad y atacar a los medios de comunicación como si de un deporte nacional se tratara. Últimamente, a Ramos le ha dado por ensañarse con Quindío Noticias, al que, con su desbordante diplomacia, lo insultó de una manera original, lo llamó pasquín.

Resulta que Quindío Noticias publicó que el municipio iba a bajar a sexta categoría: ¡grave noticia! Y antes de que Ramos pierda los estribos otra vez, aclaremos: Quindío Noticias no se lo inventó. Esa información estaba en la página oficial de la Contraloría, la mismísima fuente que vela por las cuentas públicas del país. ¿Decimos por ello que la Contraloría es un pasquín? Pero claro, ante la noticia, Ramos no se tomó la molestia de verificar ni de explicar las cosas con calma; prefirió desatar su furia contra el medio como si fuera el culpable de todos sus males.

El detalle aquí: es que la Contraloría se equivocó. Y lo más curioso es que Ramos lo sabía, porque él mismo envió unos pantallazos aclarando que, efectivamente, el dato era incorrecto y que por ello la Contraloría tuvo que corregir lo contenido en su página oficial. Si la fuente oficial lo rectificó y el alcalde estaba al tanto, ¿por qué tanto escándalo?, ¿por qué no culpar a quien cometió el error, en lugar de disparar contra el medio que reportó lo que vio en una fuente confiable?

Quindío Noticias debería aprovechar este momento para reafirmar su compromiso con el periodismo crítico; porque la estrategia de ataque del alcalde no asusta, más bien inspira. Si él quiere que el medio le demuestre que no es un pasquín, perfecto, mantengan la lupa bien enfocada en él. Revisen cada decisión, cada contrato, cada palabra; destaquen sus logros…, si los encuentran. Y si un día le destapan un escándalo monumental, quién sabe, tal vez él se digne a llamarlos para galardonarlos en el Día del Periodista, porque no podrá negar que de eso se trata el buen periodismo. Pero voy a ser lógico, lo más probable es que se esconda detrás de otro insulto, que esperemos que sea más original.

¿Saben por qué se los digo? Porque la última vez que tras una denuncia me fijé en Calarcá, encontré un hecho que era cierto y terminó en la Fiscalía, donde aún no ha sido resuelto.

La Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, ya le hizo al alcalde un llamado a respetar a los medios. ¿Y qué hizo Ramos? Respondió: “Sí, claro, respetaré”; pero en cuanto se distrajeron, volvió a insultar.

Si a Ramos no le gusta la crítica, no debería estar en lo público, porque si pretende navegar por el mundo político sin ser cuestionado, está el lugar equivocado.

Y antes de que me lo pregunten: Sí, por esta columna es probable que el señor Ramos me dedique un par de insultos en su próxima alocución. Pero, para estar a tono con el discurso de Ramos, parafraseando a un buen colega debo decir de manera poco original “me importa un culo”, porque el día en que tema ejercer mi profesión, mejor me retiraré a un parque, como los viejos cascarrabias, a insultar a los transeúntes que dirán: “Mirá, ese era periodista, pero se volvió un loquito”.

Estoy seguro de que Quindío Noticias seguirá con la pluma firme, diciendo lo que haya que decir, aunque a algunas personas no les guste. Y, alcalde, puede seguir insultando, y si el próximo soy yo, no me disgusta la idea, pues me daría la oportunidad de bajar a ese terreno fangoso pero divertido en el que alguien se sale de casillas cuando se le dice la verdad.

Por Finito.

Oliver Gómez Solarte – Director Finito.pro

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