El tráfico ilegal de animales silvestres sigue siendo una problemática latente en Colombia, y el departamento del Quindío no es la excepción. Este año, la región ha evidenciado un preocupante incremento en el número de especies en peligro, lo que ha movilizado a diferentes actores, como la Policía Quindío a través del grupo de Protección Ecológica, para recuperar y devolver estas especies a sus hábitats naturales.
El esfuerzo de las autoridades, junto con el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV) de la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), ubicado en la vereda Aguacatal de Calarcá, ha sido decisivo en la protección de la fauna silvestre. Este centro, inaugurado en 2004, se ha consolidado como un pilar en la atención, rehabilitación y liberación de animales afectados por el tráfico ilegal, tanto en el Quindío como en otras regiones del país.
En lo que va del 2024, las autoridades han incautado 879 animales mediante operativos y entregas voluntarias, lo que refleja un aumento significativo en el tráfico de especies. Entre los animales rescatados se encuentran tigrillos, gavilanes, loros amazónicos y barranqueros. La presencia de estas especies, muchas de ellas invasoras, no solo pone en riesgo su propia supervivencia, sino que también afecta gravemente los ecosistemas locales, alterando el equilibrio de la biodiversidad en la región.
Se ha destacado la importancia del CAV en la recuperación de estos animales, cuyo principal objetivo es rehabilitarlos y regresarlos a sus hábitats naturales o liberarlos en entornos adecuados para su supervivencia. Esta labor resulta vital en un departamento como el Quindío, catalogado como una zona extractora de fauna silvestre, ya que muchas de estas especies provienen de otras regiones, como la costa Pacífica y Atlántica, en su tránsito hacia el centro del país.
A medida que las incautaciones aumentan, también lo hace el desafío para las autoridades, que trabajan incansablemente para frenar el tráfico ilegal y proteger la rica biodiversidad del Quindío.