El hospital La Misericordia de Calarcá lleva más de un año de ser intervenido por la Superintendencia Nacional de Salud, con un gerente nombrado por la entidad y orientado a su liquidación. Sin embargo, el superintendente Nacional de Salud Ulahí Beltrán López anunció en las últimas horas que en cumplimento con una de las directrices dadas por el presidente de la República Gustavo Petro, frente a los hospitales públicos, estos no podrán ser liquidados.
“No podemos acabar con lo que es el patrimonio social de los colombianos y, por el contrario, tenemos que fortalecerlos con equipos de alta tecnología y con servicios que permitan que la ciudadanía reciba una atención garantizada y con calidad”, expresó el Superintendente, al participar en el Foro Nacional que analizó los elementos centrales de la reforma a la salud y el papel del hospital público en el nuevo sistema. Esta declaración incluye el hospital La Misericordia de Calarcá, que está intervenido por la Superintendencia.
Durante su exposición, Beltrán López manifestó que el Gobierno propende por el fortalecimiento de la red pública hospitalaria para dotar de atención aquellos lugares más distantes del país, donde en la actualidad existen grandes dificultades en cuanto al acceso a servicios. “Acercarnos a la ‘Colombia profunda’ hace parte de lo que propone el nuevo modelo de atención primaria en salud con enfoque territorial, tal como lo ha explicado la ministra de Salud, Carolina Corcho”, enfatizó el Superintendente.
Frente a los diez hospitales que se encuentran bajo medida de intervención forzosa para administrar por parte de la Superintendencia, Beltrán López advirtió que se está haciendo un seguimiento especial a la gestión desarrollada por los agentes interventores designados en estos centros asistenciales para evaluar los indicadores de recuperación y desempeño.
“Estamos siendo rigurosos en el seguimiento de su labor; no puede ser que tengamos entidades hospitalarias que llevan cinco y seis años intervenidos sin mostrar avances contundentes de gestión”, aseguró. En línea con lo anterior, el jefe del ente de control de la salud también afirmó que se está realizando una revisión del proceso de remuneración de los agentes interventores ya que los altos pagos que reciben pueden estar contribuyendo a la fragilidad financiera de hospitales que están en crisis. Como se sabe, en el caso del hospital La Misericordia de Calarcá se denunciaron exagerados pagos al agente interventor como a un grupo de sus amigos más cercanos.
“Estamos hablando de salarios exageradamente altos de entidades que ya están en criticidad financiera, por eso estamos haciendo toda una serie de consideraciones para anunciar próximamente una serie de medidas que incluyen variaciones a la remuneración de estas personas”, ´puntualizó el Superintendente Nacional de Salud.