miércoles, noviembre 27, 2024

Los grandes amores del imparable Arnaud Demare

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Arnaud Demare ganó la etapa de este viernes.

En la cima del Mont-Ventoux, el “monte ventoso”, Arnaud Demare se enamoró del ciclismo en 2001. Entonces, viajaba con su madre y su hermana Helene y pasaban los días yendo a la playa y comiendo fruta en la Provenza, mientras su padre subía y bajaba de la montaña para observar a los ciclistas.

Un día la mamá le dijo: “Arnaud, iremos con tu hermana a la cima del Mont-Ventoux, para ver a las chicas  que participan en el Tour de Francia femenino”.

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Salieron de Sault, el lado más fácil para lograr la cuesta. “Nos fuimos despacio, siguiendo la regla de parar cada treinta minutos, para comer y beber. Fue muy bueno porque no nos sentimos cansados”, cuenta Arnaud, quien en 2001 apenas tenía 11 años de edad.

En la cima, muchas personas se le acercaban para preguntarle “¿En serio has subido tu solo en bicicleta?”, y él simplemente se reía, tímido, mientras su madre le acariciaba la cabeza. Se sentaron en el pasto y comieron sánduches, hasta que vieron pasar a las punteras. Allí iba Joane Somarriba, la gran escaladora española, y Arnaud la saludó.

“Es increíble pensar en eso ahora. Me enamoré del ciclismo en la montaña, y viendo a las chicas, ahora soy velocista”, cuenta el campeón de la maglia ciclamino del Giro en 2021.

En 2016, en la Milán – San Remo, Demare conquistó a su esposa, Morgan Hautecloche. La había conocido siendo en 2011, durante el Mundial de Ciclismo de Dinamarca, cuando ganó el oro en la ruta Sub 23.

En esa Milán – San Remo, y con Morgan apoyándolo, Demare coronó una de sus primeras carreras Wolrd Tour, venciendo a rivales como Ben Swift, del Sky, Jurgen Roelandts, del Lotto, Nacer Bouhanni, del Cofidis y Greg Van Avermaet, del BMC. Ese día Fernando Gaviria terminó en la casilla 79.

Hoy, en una etapa más o menos parecida a aquella Milán – San Remo, Demare volvió a ganar, y ahora con todas sus mujeres mirando: su madre, su esposa y su hermana. La jornada fue rápida, trepidante, entre San Remo y Cuneo, y con fugas que parecían inalcanzables.

Después de superar Colle di Nava, el francés de 30 años de edad, remolcado por su equipo, el FDJ, se aventuró en el descenso y, poco a poco, fue recortando la diferencia con los punteros.

En Santa Anna de Avagnina puso a trabajar a su tren y, aunque sus contendientes se acercaron con peligrosidad, en la recta final demostró ser el más rápido de la corsa rosa.

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Demare ganó su octava etapa en la historia del Giro de Italia y su tercera en la versión actual. Está imparable y la maglia ciclamino está prácticamente en su bolsillo. Tiene 238 puntos, mientras que sus rivales, Cavendish y Gaviria, suman 121 y 117 respectivamente. La de él, sin duda, sí que es una historia de “rosas”.

Mañana, Demare tendrá descanso, al igual que el domingo, pues será la montaña la que cobre protagonismo en la carrera del “Amore Infinito”, tan infinito como el deseo de triunfo del francés de Beauvais.

El colombiano Fernando Gaviria no pudo con las piernas de Demare.

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