sábado, octubre 26, 2024

En Belén y Laureles pillaron fábricas de licor pirata

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Las autoridades encontraron todo tipo de máquinas para la producción del licor adulterado y se sorprendían del nivel de adulteración de sellos. /FOTO: CORTESÍA

La calidad de la adulteración del licor era tal que hasta agencias de seguridad de Estados Unidos intervinieron, pues un famoso whisky gringo era pirateado en Belén y Laureles.

De acuerdo con investigadores, la calidad de las etiquetas de estos licores, tanto nacionales como extranjeros, era tan buena que pasaban inadvertidas y al mismo tiempo burlaban todas las pruebas de seguridad.

Se puede decir entonces que lo que delató a estos alambiques clandestinos fue el olor a metanol, pues era el que se usaba para la producción del licor y no el que debe ser, etanol.

18 meses duró la investigación contra esta estructura.

Investigación

Durante 18 meses la Policía Fiscal y Aduanera, la Fiscalía, la Dian, Rentas Departamentales de la Gobernación de Antioquia y hasta la Agencia de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos le pusieron el ojo a los movimientos de una organización delincuencial.

Las 2 viviendas fueron arrendadas, pero sus ocupantes sabían moverse para no llamar la atención.
El tener garajes internos no dejaban ver bien los movimientos de los vehículos, y según se indicó, los ocupantes siempre andaban en pareja y no aparentaban nada extraño. Pero el olor que emanaba la producción ilegal de licor fue el detonante.

Alambique licor Belén Laureles /FOTO: CORTESÍA
Alambique Belén Laureles /FOTO: CORTESÍA

De acuerdo con el coronel Giovany Puentes Aguilar, director de la Policía Fiscal y Aduanera, se ejecutaron 11 allanamientos que dejaron 5 personas capturadas.

Destacó el alto oficial que, por primera vez en Colombia, se aplicó la extinción del derecho de dominio de 8 propiedades, avaluadas en cerca de 12.000 millones de pesos.

Se les cayó el negocio del licor adulterado

La investigación determinó que los señalados responsables tenían roles determinados, comenzando con quienes se ocupaban de comprar, en acopios de reciclaje, las botellas de los licores a producir.

Una vez conseguidos, en las fábricas de Belén y de Laureles tenían todo el andamiaje para lo que seguía. No solo se imprimían los sellos de aduana, sino las etiquetas de los licores, de una calidad tal que pasaban inadvertidas para los ojos más entrenados.

Los mismos investigadores se sorprendían al notar ese asunto, pero era más la sorpresa cuando solo en Belén se tenían listas 10.000 tapas para envasar las botellas, las cuales también cumplían con los estándares de seguridad que cualquier botella de buena procedencia. Igualmente, contaban con máquinas como sellador de bolsas, prensas, destiladores e insumos como saborizantes para semejar el sabor de los licores a adulterar.

Alambique Belén Laureles /FOTO: CORTESÍA
Alambique Belén Laureles /FOTO: CORTESÍA

Y una vez envasadas las botellas se pudo determinar que la distribución se hacía en barrios como Castilla, Aranjuez y Doce de Octubre, en Medellín. Además se hacían distribuciones en municipios como Itagüí, en el área metropolitana, pero también por fuera de ella, en Santa Fe de Antioquia, Guarne y El Santuario, entre otros.

La investigación continúa, detalló el coronel Puentes Aguilar. Todavía falta analizar en detalle los sellos y etiquetas, para determinar si hay más responsables en esa cadena de producción y distribución de licor adulterado.

El señalado cabecilla

Entre los capturados figura un hombre conocido con el alias de Marlboro, quien de acuerdo con las autoridades, es un comerciante con más de 20 años de trayectoria, pero que ahora deberá responder penalmente por presuntamente afectar el orden económico en más de 7000 millones de pesos.

El coronel Puentes Aguilar precisó que esta persona tiene ya algunos antecedentes relacionados con temas de contrabando, especialmente de licor.

Párele bolas a identificar el licor adulterado

De acuerdo con el Invima, estas claves pueden servirle para identificar un licor adulterado: el líquido debe ser traslúcido.

La etiqueta debe tener letra clara y llevar información como datos del fabricante y el registro sanitario, el contenido alcohólico, el número de lote de producción, la naturaleza del producto (vino, whisky, cerveza, vodka, etc.) y el contenido volumétrico dado en mililitros.

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