Las autoridades revelaron la identidad del ciclista que falleció este domingo tras sufrir un accidente en la vía que conduce de Cartago al municipio de Ansermanuevo. Se trata de Marino Quintero, de 58 años, un ciclista de la ciudad de Pereira quien, al parecer, fue atropellado por un vehículo cuando transitaba cerca al Club Náutico.
Aunque no se conocen mayores detalles sobre el siniestro vial que le costó la vida a este ciclista recreativo, este trágico suceso nos recuerda la importancia de respetar la vida en la vía. Marino Quintero no solo era un amante del ciclismo, sino también un padre, un hermano, un amigo, cuyo viaje terminó de manera abrupta y dolorosa.
Llamado a los conductores: Respetemos la vida en la vía
En nuestras carreteras, conviven diversos usuarios con un solo propósito: desplazarse de manera segura. Sin embargo, entre ellos, los ciclistas suelen ser los más vulnerables. Ya sea que utilicen la bicicleta como medio de transporte hacia el trabajo, como una herramienta para el deporte o simplemente para disfrutar de un paseo recreativo, todos ellos merecen disfrutar de la vía con la misma seguridad y respeto que cualquier otro usuario.
La bicicleta es más que un simple medio de transporte; es un símbolo de sostenibilidad, de salud y de libertad. Los ciclistas contribuyen a la reducción de la congestión vehicular, a la disminución de la contaminación y promueven un estilo de vida más saludable. Por ello, es imperativo que como conductores asumamos nuestra responsabilidad de proteger la vida de aquellos que comparten la vía con nosotros.
Respetar la distancia mínima al adelantar, reducir la velocidad en zonas de alta presencia de ciclistas, y estar siempre atentos a su presencia son acciones simples que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Recordemos que detrás de cada bicicleta hay una persona, con una familia, con sueños y con el mismo derecho de llegar a su destino de manera segura.
Hacemos un llamado a todos los conductores a ser conscientes de que la vía es un espacio compartido. Solo a través del respeto mutuo y la empatía podremos construir un entorno vial más seguro para todos. Respetar la vida en la vía no es solo una obligación legal, sino un deber moral.