Ayer y hoy al compás del tango
Por Darío Tobón Montoya
Nota de la redacción: Dada la significativa acogida que han tenido los textos sobre el tango, escritos por el doctor Darío Tobón Montoya, a partir de hoy hemos decidido insertar sus temas dentro de la sección de Cultura de EL QUINDIANO, para facilitar de ese modo el acceso de sus lectores, puesto que la página permanece visible durante toda la semana.
Con ese honroso título, los historiadores argentinos Carlos y Pablo Taboada, llamaron al personaje del día de hoy. Le Pera es un pueblito del sur de Italia. De allá proviene este apellido. A finales del siglo diecinueve emigra a Argentina Alfonso Le Pera. Por negocios, viaja con su esposa a Sao Paulo Brasil y allí nace el día 6 de junio de 1900 Alfredo. Pronto regresan y en Buenos Aires siguen viviendo. Hay en escritos la falsa nacionalidad brasilera de Le Pera y muchas diferencias sobre la fecha de su nacimiento. Pero no hay duda de que es argentino.
Tuvo esmerada educación en literatura y rudimentos de piano. Sin mucha vocación, estudia 4 años de medicina. En las mismas estaba el gran letrista de tango Luis César Amadori. Los dos abandonan ese estudio y se dedican al periodismo. En el año de 1923, en un teatro, conoce a Gardel sin establecer vínculo especial con él. Carlitos decía que lo veía en los cafés. El dramaturgo y crítico teatral Vicente Martínez Cuitino fue su maestro para su nueva función: la de escribir obras teatrales, la más exitosa “La Plata del Bebe Torres”. También escribe poesía y letras de tango no conocidas. Todo este trabajo literario quedó opacado con las letras de tangos y canciones que escribió para Gardel.
Alfredo Lepera, retrato
En un viaje que realiza a Chile entre los años 27 y 28, acompañado de Discépolo y de Tania, haciendo parte de una compañía de comedia, admirados por el sonido de las campanas de la iglesia Nuestra Señora de la Merced de Santiago, escriben a dos manos con Discepolín, el que se constituyó en su primer tango: “Carillón de la Merced” que Tania con gran éxito estrena en esa ciudad. Con gran éxito lo vuelve a estrenar en 1931 en Buenos Aires.
Estudiando todavía medicina tuvo romance con la bailarina Aida Martínez en 1927, que enferma gravemente de afección pulmonar. Por los datos supongo que se trató de una tuberculosis, que, en esa época, por no existir tratamiento médico especifico, muchos casos se intervenían quirúrgicamente con la resección de la parte de pulmón afectada. Con tal motivo Le Pera la lleva Suiza donde le practicaron la cirugía. Pero por complicaciones y avance de la enfermedad falleció 6 meses después. Con el tango “Sus ojos se cerraron”, presentado en la película “El día que me quieras”, cuyo argumento revive esta trágica historia, tuvo Carlitos un momento cumbre en la versión de ese tango.
Joinville, un suburbio de París donde estaban los estudios de filmación de la Paramount, a principios del 30, es enviado Alfredo para continuar en su labor iniciada en la Argentina, al principio la de titular películas mudas y luego lo hizo en Francia como traductor al español de las películas sonoras del estudio en que trabajaba. Al que llega precisamente Gardel en 1931 a filmar su primera película hablada, “Las Luces de Buenos Aires”. El destino quiso que se encontraran estos dos inmensos genios. Por recomendación del amigo común Edmundo Gribourg, Gardel lo incorporó a su grupo de trabajo como autor de canciones y como guionista. Esto se da en 1932 para la filmación de la película “Espérame” (andanza de un criollo en España) filmada en septiembre del 32. Mario Battistella – del equipo de trabajo de Gardel, la rechazó por lo absurdo de su argumento, pero Le Pera lo recompone a medias, con el saldo de que este cortometraje de 40 minutos fue un definitivo fracaso, ferozmente rechazado en Buenos Aires.
Viene el film “Melodía de Arrabal” con Imperio Argentina como actriz principal, rodado en octubre y noviembre del 32, después del cortometraje “La Casa es Seria” de 20 minutos, realizada en octubre del 32 que tuvo discreta aceptación. De ella solo se conserva la banda sonora. Con Melodía de Arrabal, el éxito volvió a sonar.
En el año de 1933 no se realiza ninguna filmación ni escritura de tango ya que Gardel estuvo en Argentina: recorrió todos los barrios de Buenos Aires cantó en muchas provincias, visitó Uruguay y tuvo un encuentro que lo emocionó con Federico García Lorca
En mayo de 1934 se reanuda en New York la carrera fílmica con “Cuesta Abajo”, bien aceptada, con un Gardel más suelto en la actuación. Sigue “El Tango en Broadway” de junio y julio del 34. En diciembre de ese año en un documental referente a las grandes figuras de la canción actual, aparecen unos cortos minutos dedicados a Gardel. Con las películas “El día que me quieras” de enero y “Tango Bar” de febrero de 1935 se cierra el ciclo fílmico contratado por Gardel con la Paramount e inicia un nuevo contrato con la RCA Víctor, que se inicia con la correría fatídica.
LE PERA Y GARDEL TANGUEROS GENIALES.
Aun cuando se ha señalado un tiempo total de estrecha colaboración entre Gardel y Le Pera para la composición (música y letra de sus tangos) de 4 o 5 años, creo que realmente este tiempo no superó los 2 años ya que fue una dedicación parcial. Como ejemplo, cuento caso especial como es el del tango “Cuesta Abajo” que se creó la noche anterior, al inicio de la filmación, lo mismo que el argumento.
Para escribir un tema, Le Pera primero inventaba la primera línea de la estrofa y se la pasaba a Gardel. Este, poco a poco y silbando o tocando notas en el piano originaba la música. Con esa forma simple, surgieron temas extraordinarios que todavía hoy suscitan admiración. Fueron 20 tangos de los dos, tres con la colaboración de Battistella y cerca de otros doce temas diferentes. No he encontrado en la historia del tango un caso similar de tal fecundidad musical.
Entre su primera película y la última que filmó Gardel, mantuvo la idea que a través del cine se haría la difusión de sus canciones. Por ello en todo ese tiempo no hizo ninguna otra actuación ni en teatro, ni en sitios públicos ni en radio. Todo su tiempo se lo dedicó al cine. El tiempo después de la muerte de Gardel, mostró la inexactitud de este concepto.
Cuando a fines del 32 el Zorzal regresó a Argentina, Le Pera siguió en Francia y solo entró en nuevo contacto con Gardel cuando el lo llama desde New York en marzo del 34 y desde este momento comparten todos los días en habitación común y este lo acompaña en sus filmaciones. Precisamente viviendo en las elegantes residencias Bellas Artes de New York ocurre el encuentro de Gardel y Le Pera con el niño Astor Piazzolla.
En las películas del año de 1932, contando con la colaboración de Le Pera se compusieron en 3 meses 5 de sus mejores tangos, a la cabeza, “Melodía de Arrabal”.
Para las películas de 1935 el director exigió que el guion y la partitura tenían que estar listos antes de la filmación. Cuando Gardel canta El día que me quieras llega a la cúspide de sus interpretaciones. Los tangos compuestos para estas cintas los graba Gardel en la RCA acompañado por la orquesta de Terig Tucci. La última grabación la hace con sus guitarristas Aguilar, Barbieri y Riverol con la canción “Guitarra mía”
LE PERA COMO POETA
Está entre los grandes. A través de sus versos hay exaltación de la mujer en su belleza. Jerarquiza internacionalmente el tango, escribiéndolo en palabras universales, menos locales, abandonando casi completamente el lunfardo. Las pocas palabras que usó de esta jerga eran comprendidas por los oyentes por la gestualización que producía Gardel. Como ocurre con la poesía culta argentina, en sus letras se nota la influencia de Rubén Darío, Amado Nervo, Bécquer, José Asunción Silva, Carriego y Almafuerte. Ello llevó a Terig Tucci a decir que Le Pera se valía de la inspiración de otros poetas y algunos críticos menospreciaron sus letras. Pero hubo opiniones tan valiosas como las de Sábato, quien dice que tiene lenguaje culto y lírico. Troilo expresa que Le Pera no está lejos de Discépolo y de Manzi. Pero hay un acuerdo que señala a Le Pera como un continuador de la espléndida línea poética de José González Castillo.
Hay otra conclusión: que con sus poemas fue precursor de los grandes letristas de los años 40. Les abrió amplio camino para el lucimiento de esa gloriosa generación.
Se dijo que, en el terrorífico escenario de fuego y destrucción del campo aéreo de Medellín, Gardel y Le Pera, abrazados, esperaron su inevitable fin.
Armenia, julio 15 de 2021