El hombre se dedica a lavar carros y con su nueva condición no podrá conseguir su sustento diario. Las empresas de buses no responden.
Un drama está viviendo la familia de Enrique Puello, un hombre de 58 años, que contó con el infortunio de ir como pasajero en una de las busetas de transporte urbano que se accidentó este jueves por ‘la guerra del centavo’, en Santa Marta.
Puello, quien salía de su lugar de trabajo, donde se gana la vida lavando carros para llevarle el sustento diario a su madre de 87 años, no pensó jamás que una acción que emprende diariamente pusiera en riesgo su vida.
Tras el fuerte choque protagonizado por tres busetas, que estaban disputando para conseguir más pasajeros sobre la avenida del Libertador, terminó con una fractura en su muñeca, esa misma que le es vital para trabajar y ganarse la ‘papita’ diaria.
Lo que más ha indignado a su familia es que a Enrique, quien sufre de diabetes, lo llevaron a la Clínica Tayrona para que fuera atendido, pero lo dejaron en el olvido.
“Estamos esperando que venga el ortopedista. Como mi papá sufre del azúcar y tiene la presión alta no pueden operarlo, le van a colocar un yeso para inmovilizarle la mano por un mes porque tiene una fractura en la muñeca”, manifestó su hija Anneth Puello a Santa Marta Al Día.
Su hija expone que como familia no tienen los recursos suficientes para costear los gastos médicos, y además, suplir las necesidades de él y su abuela durante el mes que estará sin poder laborar.
El llamado se lo hacen a las empresas transportadoras encargadas de los vehículos que protagonizaron el choque para que se apersonen de la situación de don Enrique y le den garantías para su recuperación.
Sanciones a los conductores
Hasta el momento se conoce del caso que la secretaría de Movilidad suspendió a los conductores y los vehículos fueron llevados a los patios.