Con el tiempo, el sitio ha sufrido de abandono, y muchas tumbas han desaparecido.
Noticias Bogotá.
El Cementerio de los Pobres en Bogotá, es uno de los lugares históricos menos conocidos de la ciudad, pero su importancia radica en ser testigo del contexto social de finales del siglo XIX y principios del XX.
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Este espacio, también conocido como el Cementerio del Sur o Cementerio de Bosa, se construyó para dar sepultura a personas de bajos recursos, quienes no podían costear los gastos de los cementerios tradicionales.
¿Cómo surge este cementerio?
El cementerio fue inaugurado a finales del siglo XIX, en medio de un auge poblacional en Bogotá, especialmente en las áreas marginales.
Durante esta época, la Iglesia Católica dominaba los rituales funerarios, y muchas personas, por su condición económica, no tenían acceso a entierros en cementerios formales como el Cementerio Central.
Por esta razón, el Cementerio de los Pobres se convirtió en la única alternativa para miles de familias humildes.
El espacio era administrado por la Alcaldía de Bogotá y se destinaba especialmente a quienes no tenían familiares que pudieran pagar por un entierro convencional.
Además, albergaba los cuerpos de personas sin identificar y de aquellas que, por su estatus social, no eran consideradas dignas de una sepultura en cementerios tradicionales.
«Un lugar que ha quedado en el olvido»
En la actualidad, el Cementerio de los Pobres ha sido en gran medida olvidado. Sin embargo, algunas organizaciones locales han luchado por la recuperación de su memoria histórica.
Con el tiempo, el sitio ha sufrido de abandono, y muchas tumbas han desaparecido. No obstante, sigue siendo un lugar de gran valor patrimonial para la historia de Bogotá, ya que representa un capítulo crucial de la segregación social en la ciudad.
El Cementerio de Pobres está ubicado en los terrenos del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación sobre la Calle 26 con Carrera 19b, en la localidad de Santa Fe, y aunque formalmente no está abierto al público, tal vez puedas visitarlo si te unes a las jornadas de recorridos que promueve el IDPC.
Aunque no se utiliza para nuevos entierros, el sitio permanece accesible al público.
Este lugar es un testimonio de la desigualdad histórica de Bogotá y un lugar de reflexión sobre cómo las clases sociales más vulnerables enfrentaron la muerte en tiempos de extrema pobreza.
El cementerio de los pobres es una memoria viva de las dinámicas sociales de una época en la que la segregación alcanzaba incluso el ámbito funerario.
Muchos consideran que su restauración sería un acto de justicia social hacia las generaciones olvidadas que allí reposan.