A esta hora, un grupo de personas limpian partes del río Cali, ya que se encuentra con basuras como botellas de licor vacías y colillas de cigarrillo.
En la actualidad, uno de los ríos más importantes que atraviesa la ‘sultana del Valle’, el río Cali, presenta uno de sus caudales más bajos en los últimos años y además, afronta una temporada de sequía desde hace varios meses.
La sequía prolongada que enfrenta el Valle del Cauca ha puesto en alerta a las autoridades y comunidades locales debido a la reducción alarmante de los caudales en los principales ríos de la región.
Entre los más afectados se encuentran el río Tuluá, que ha registrado niveles históricos bajos, y otros afluentes de los municipios de Vijes, Argelia, Bugalagrande, Buga y La Victoria, que son fundamentales para el abastecimiento de agua potable y la actividad agrícola del departamento.
Sumado a esto, según información de la CVC, hay un déficit cercano al 80% en el mes de septiembre en precipitaciones y en caudales de los río, especialmente en el río Cali, pero también se evidencia en todas las aguas del departamento del Valle del Cauca.
«EL 50% del caudal se ha disminuido con respecto a los históricos, teniendo en cuenta que esta segunda temporada seca del año se ha alargado en el país»
Señaló Óscar Ramírez, profesional en dirección técnica ambiental de la CVC.
Según expertos, la situación se debe al fenómeno de El Niño, que ha intensificado las condiciones de sequía, provocando un déficit hídrico en gran parte del departamento.
A este panorama también se le suma la contaminación que presenta este afluente y es por eso que, a esta hora un grupo de personas limpian partes del río, ya que se encuentran con basuras como botellas de licor vacías y colillas de cigarrillo.
Las autoridades han hecho un llamado a la población para hacer uso responsable del agua y trabajar en conjunto para mitigar los efectos de esta crisis hídrica. Mientras tanto, se espera que las lluvias regresen en el mes de octubre.