«Para todos y todas (…) Llegó la Navidad, con paz, seguridad y felicidad”, dijo el mandatario del vecino país en medio del escándalo por la confiscación de un avión oficial del régimen.
Noticias Internacional.
En una de sus más recientes y polémicas decisiones, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha decretado que la Navidad se celebre a partir del 1 de octubre de este año, adelantándose casi tres meses a la fecha tradicional del 25 de diciembre.
La medida, que ha sido calificada por muchos como una «locura» más del régimen, fue anunciada por el mandatario en medio de una manifestación, donde expresó que esta iniciativa es un «homenaje» a sus votantes, quienes, según él, se merecen esta anticipada festividad.
Maduro justificó su decisión señalando:
«Está llegando septiembre, y dije ya huele a Navidad, y por eso este año voy a decretar el adelanto de la Navidad para el primero de octubre».
En un tono festivo, agregó:
«Arranca la Navidad para el primero de octubre para ustedes todos y todas. Llegó la Navidad con paz, seguridad y felicidad».
«Otra locura de Maduro»
La proclamación ha sido recibida con escepticismo y críticas, tanto dentro como fuera de Venezuela, donde muchos la ven como una distracción ante los graves problemas que enfrenta el país.
Analistas señalan que esta no es la primera vez que Maduro sorprende con anuncios extravagantes, los cuales suelen ser percibidos como intentos de desviar la atención de la crisis económica y social que vive la nación.
Este inusual anuncio llega en medio de otra controversia que ha sacudido al gobierno venezolano: la incautación de un avión oficial en República Dominicana, que fue confiscado y trasladado a la Florida, Estados Unidos.
Según el Departamento de Justicia norteamericano, la aeronave fue incautada por violar leyes estadounidenses de control de exportaciones y sanciones, lo que añade un nuevo capítulo de tensión entre ambos países.
Mientras tanto, la decisión de adelantar la Navidad sigue generando desconcierto, con muchos preguntándose si esta medida realmente traerá la «paz, seguridad y felicidad» que Maduro promete, o si es simplemente otro gesto simbólico que no logra aliviar las profundas dificultades que enfrenta la población venezolana.