En una casa en Cartago, Valle, un heladero fue invitado a tomarse un café, pues estaba lloviendo y no tenía donde escampar, y menos, quien le comprara. El gesto se ha hecho viral.
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Un conocido vendedor de helados en calle de Cartago, Valle del Cauca, estaba tratando de refugiarse de la lluvia debido de un pequeño techo, un vecino que lo vio, lo llamó, lo invitó a su casa y le invitó, más que un café. Un gesto que al heladero lo hizo llorar pero que se ha hecho viral en redes sociales.
El vídeo subido en tiktok, por un vendedor informal de Bogotá, ha hecho conocer la historia.
Aunque algunos han criticado que quien lo ayudó haya grabado, «lo que hace tu mano derecho que no lo sepa tu izquierda», han citado algunos. Otros sí aplauden el gesto.
El hombre que lo invitó a su casa, le dio café, o invitó a sentarse, le prestó una toalla para secarse. Mientras pasaba la lluvia, hablaron.
El vendedor tiene una hija de cuatro años, quien está a punto de cumplir años y no tenía cómo celebrarle ni darle un regalo.
En la casa donde le invitaron el café, también le dieron tremendo regalo, «para que le compre algo a su hija». Le dio dinero.
El hombre, que es conocido en calles del municipio de Cartago, llega ganarse hasta 8000 y 10000 pesos diarios, porque del total de ganancias que se hace vendiendo helados, una parte va para quien lo ‘contrata’.
«Yo lo que les digo es que me compren» los helados, es la ayuda que pide.
No se trata de lastima, señalan algunos, «sino de ayudar».
Aunque algunos señalan que se trató de un vídeo para generar contenido, otros reconocen al vendedor. Señalan que lo ven siempre vendiendo helados en las calles de este municipio del norte del Valle del Cauca.
En días de sol, el calor y hasta el polvo es parte del día a día de estos vendedores, sin embargo, la venta de helados y bebidas puede aumentar y ahí, del esfuerzo que hacen. Sin embargo, en días de lluvias, es más duro.
No solo por el agua que cae, sino por el riesgo con el tráfico en esas condiciones, huecos llenos de agua y más peligros. Además, de que la venta es mínima, y en algunos casos, los vendedores pierden horas.