La empresa Cedenar, encargada del suministro de energía en la región, ha emitido varios comunicados desde el mismo día del apagón, detallando la causa de la interrupción, sin embargo pasan los días y nada de nada.
Noticias Nariño.
Los departamentos de Nariño y Cauca atraviesa una nueva crisis energética sin que como cosa rara, no es nada nuevo. Desde el 30 de julio de 2024, al menos nueve municipios de estas dos regiones limítrofes han estado sin energía eléctrica, afectando a miles de residentes que dependen del servicio para sus actividades cotidianas y económicas.
La empresa Centrales Eléctricas de Nariño S.A. E.S.P., Cedenar, encargada del suministro de energía en la región, ha emitido varios comunicados desde el mismo día del apagón, detallando la causa de la interrupción.
En su primer comunicado, la empresa Cedenar informó que, el 30 de julio a las 10:11 de la mañana, se presentó una falla en la línea de transmisión de 115 kilovatios San Bernardino-Guapi.
Esta avería afectó la línea de interconexión eléctrica Cauca-Nariño, dejando sin servicio a nueve municipios.
La falta de energía ha tenido un impacto devastador en la vida diaria de los residentes.
Los negocios han cerrado sus puertas, las escuelas han tenido que suspender clases y los hospitales operan con generadores de emergencia. La situación es particularmente crítica para los pequeños comerciantes que dependen de la electricidad para mantener sus productos, como los alimentos perecederos.
En palabras de una residente del municipio de Tumaco: «Esta situación nos tiene desesperados. No podemos trabajar, los niños no pueden estudiar, y estamos preocupados por la salud de nuestros ancianos que dependen de equipos médicos eléctricos».
A pesar de los esfuerzos de Cedenar, la restauración del servicio ha sido un desafío. La empresa ha desplegado cuadrillas de técnicos para reparar la línea afectada, pero las condiciones geográficas y climáticas de la región han dificultado los trabajos. Además, la falta de información concreta y actualizada ha generado desconfianza y frustración entre la población.
El gobierno departamental y municipal ha instado a la empresa a acelerar los trabajos y a mantener informada a la comunidad sobre el progreso de las reparaciones.
La situación en Nariño y Cauca es un recordatorio de la fragilidad de las infraestructuras críticas y de la necesidad de invertir en su mantenimiento y modernización.