El fenómeno de La Niña ha traído lluvias intermitentes en los últimos meses.
Con el final del 2025 a la vista y las recientes lluvias que han aliviado parcialmente la sequía en Bogotá, surge una pregunta clave:
¿Cuál es la meta para garantizar el suministro de agua?
Según las proyecciones del alcalde Carlos Fernando Galán, los embalses de la capital deben alcanzar al menos un 75% de capacidad para garantizar el suministro de agua en 2025 y poner fin a las medidas de racionamiento. Sin embargo, el último reporte de la Alcaldía revela que los embalses del sistema Chingaza se encuentran en un 52,74% de llenado.
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En un reciente comunicado, la Alcaldía informó:
«El consumo de agua en Bogotá durante el 18 de noviembre fue de 16,45 m³/s. El nivel de los embalses del Sistema Chingaza se encuentra en 52,74 %. #CierraLaLlaveYa»
¿Las lluvias serán suficientes para alcanzar la meta?
El fenómeno de La Niña ha traído lluvias intermitentes en los últimos meses, pero según el IDEAM, estas precipitaciones podrían extenderse hasta diciembre sin alcanzar la intensidad necesaria para que los embalses lleguen al nivel ideal.
El meteorólogo Max Henríquez explicó que los modelos internacionales ofrecen pronósticos variados:
«No hay consenso sobre el comportamiento del océano Pacífico. Algunos modelos hablan de una Niña débil hasta enero de 2025, mientras otros descartan su desarrollo. Las probabilidades de lluvias intensas se mantienen en un 75% entre noviembre y enero, pero no serán suficientes para garantizar el alivio completo.»
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¿Qué medidas pueden tomar los ciudadanos para ahorrar agua?
Ante este panorama, la Alcaldía de Bogotá insiste en la importancia de mantener hábitos de ahorro entre los ciudadanos para enfrentar la crisis:
- Reutilizar el agua lluvia para usos como el inodoro y la limpieza de pisos.
- Reducir los tiempos de ducha a menos de tres minutos.
- Evitar lavar vehículos, fachadas o pisos con agua limpia.
¿Cuánto falta para superar la crisis?
Con un nivel actual del 52,74%, la meta del 75% parece lejana, pero no imposible si se combinan lluvias constantes y un consumo responsable. Mientras tanto, la ciudad deberá mantenerse en alerta y seguir contribuyendo al ahorro de agua para enfrentar esta crisis hídrica que ha marcado el año 2025.