Una acción popular habría afectado a muchas familias en Bogotá.
Lo que comenzó como una promesa de hogar para más de 300 familias en Engativá, terminó siendo una pesadilla llena de frustraciones, demoras y litigios legales. Entre 2014 y 2015, la reconocida constructora Cusezar lanzó dos ambiciosos proyectos residenciales en el sector de Bolivia, en el noroccidente de Bogotá: Mónaco y San Remo. Ambos conjuntos prometían una vida tranquila y cómoda en una zona en crecimiento de la ciudad, pero el sueño de casa propia nunca llegó a materializarse.
Mónaco se proyectaba como un conjunto de 48 apartamentos de interés social (VIS) distribuidos en dos torres de seis pisos. Con un valor de 98 millones de pesos por unidad, estas viviendas representaban una opción asequible para muchas familias. Por otro lado, San Remo ofrecía apartamentos no VIS con un precio de 280 millones de pesos y una torre de 16 pisos. Todo parecía ir sobre ruedas, hasta que una acción judicial dejó ambos proyectos completamente paralizados.
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La acción popular que lo cambió todo
En 2016, los problemas comenzaron cuando el Conjunto Residencial Bolivia Oriental, ubicado cerca de donde se construían Mónaco y San Remo, presentó una acción popular en contra del Distrito y Cusezar. El argumento principal era la **protección del espacio público** y la preservación del medio ambiente. Los demandantes aseguraban que los terrenos donde se levantaban los proyectos estaban destinados para la construcción de la Avenida El Cortijo, un plan vial que conectaría con la Avenida Longitudinal de Occidente.
Las licencias de construcción otorgadas a Cusezar por las curadurías urbanas de la época fueron señaladas como irregulares, y en 2020, el Juzgado Administrativo 22 de Bogotá falló a favor de los demandantes. El fallo ordenó la suspensión de las licencias de construcción y exigió a la constructora entregar el terreno sin ocupación alguna en un plazo de seis meses. Cusezar apeló, pero el 25 de mayo de 2023, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca confirmó la sentencia.
El presente incierto
Hoy, en el sector de Bolivia, las edificaciones inacabadas de Mónaco y San Remo permanecen como un testimonio de un proyecto fallido. Las torres, aunque vigiladas, están deterioradas por el paso del tiempo. Los futuros propietarios, muchos de los cuales invirtieron sus ahorros en estas viviendas, se vieron obligados a solicitar la devolución de su dinero.
A pesar de que Cusezar asegura que ya ha devuelto las sumas a todos los compradores, algunos como Jainne Rozo no quedaron conformes. «Invertí 100 millones de pesos y esperé años para recibir mi apartamento, pero al final tuve que pedir la devolución del dinero. No me devolvieron ni un peso de interés por los años que tuvieron mi plata», comentó con frustración.
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¿Habrá demolición?
El futuro de los edificios inacabados es incierto. Aunque el fallo no menciona la palabra «demoler», surge la pregunta de cómo se cumplirá con la orden de entregar los terrenos sin ninguna construcción. La Secretaría de Planeación ha señalado que, si es necesaria una demolición, esta debería ser llevada a cabo por la constructora. Mientras tanto, Cusezar argumenta que la Avenida El Cortijo no podrá ser entregada según los términos de la sentencia, ya que el terreno no fue adquirido por el Distrito y el trazado de la vía ha cambiado según el más reciente Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Lo que queda claro es que, para las familias que soñaban con tener un hogar en Mónaco o San Remo, ese sueño se ha desvanecido. Ahora, la comunidad de Engativá y los compradores afectados continúan esperando una solución definitiva, mientras los edificios vacíos siguen en pie como un recordatorio de lo que pudo ser y nunca fue.