Pese a que esta práctica, que se realiza generalmente en las comunidades indígenas y ancestrales, se ha reducido considerablemente, en el país y específicamente en este departamento, aún se siguen registrando casos de ablación año tras año.
La última cifra de niñas que han sido víctimas de estas mutilaciones, es de 10 casos, de acuerdo a reportes entregados por el hospital del municipio de Pueblo Rico. Sin embargo, según manifiesta Durguez Espinosa, diputado de la Asamblea de Risaralda, estos serían sólo los casos de víctimas que llegan al hospital, por lo que la cifra podría ser aún mayor.
«Para la comunidad no es nada diferente que a las niñas les corten el clítoris con una piedra o un elemento metálico, con esta práctica se violan todos los derechos de las niñas y las mujeres y ponen en riesgo sus vidas, como lo que sucedió hace algunos años donde se reportó la muerte de una o dos menores«, manifestó Espinosa.
Manifestó además que junto a un equipo de trabajo, presentarán una ordenanza ante la Asamblea departamental con el objetivo de emprender acciones que erradiquen por completo esta práctica en Risaralda, pero que este trabajo debe realizarse en conjunto con el alcalde de Pueblo Rico y los gobernadores de los resguardos.
De acuerdo a los registros presentados por las autoridades de salud de Pueblo Rico, entre el año 2005 y 2020, se reportaron al menos 141 casos de ablación a las niñas indígenas de los resguardos de ese municipio.
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