Nadie da respuesta por estos días del futuro del Deportes Quindío con miras a la temporada 2023. Esta vez, como casi todas las del pasado, tampoco se dan a conocer noticias en relación con el equipo.
Más se sabe del glorioso Quindío que salió campeón en el ya lejano 1956, al mando del técnico argentino José Próspero Fabrini y con jugadores de la categoría de su compatriota Roberto «Benitín» Urruti o el colombiano Jaime «Manco» Gutiérrez, goleador de ese campeonato con 21 tantos.
La gente, el aficionado sabe, por ejemplo, que ese año Deportes Quindío propinó una de las goleadas históricas al Deportivo Pereira, derrotándolo 7 a 1.
Se sabe también que el equipo inició su historia en el Fútbol Profesional Colombiano en 1951 y que en el año del estreno ocupó el quinto lugar, que en 1952 el cuarto, y que en las dos temporadas siguientes salió subcampeón (1953 y 1954). Y para qué seguir.
Todo para señalar que lo del Deportes Quindío siempre es un misterio en materia de informaciones concretas que llenen las expectativas de los aficionados que, de todos modos, siguen soñando con su regreso a la Primera División.
Mientras otros equipos como Cortuluá, Llaneros, Fortaleza o Tigres (rivales en la B) anuncian sus planes, aquí nadie aparece para filtrar algo en relación con el futuro de la escuadra cafetera, que sigue dependiendo de las decisiones del señor Hernando Ángel Montaño.
No se sabe si Óscar Héctor Quintabani continuará al frente como técnico, aunque un apreciado periodista de Armenia asegura que «ni tonto que fuera para dejar de ganarse lo que se gana a sus 72 años».
Tampoco se tiene una fecha del regreso a la pretemporada ni de posibles refuerzos para el Torneo de Ascenso que debe empezar el 4 de febrero de 2023.
El que va a terminar es otro año de fracaso porque no se logró el objetivo de volver a la Liga colombiana. Se espera un mejor mañana para el verdadero embajador de la región en el concierto nacional.