En lo corrido de este año, el clima ha generado diferentes complicaciones en el departamento del Quindío. Deslizamientos, desbordamiento de afluentes y caída de árboles son algunas de las emergencias que se han presentado en la región.
Las autoridades departamentales reportaron varias emergencias tras las lluvias registradas el fin de semana pasado. De acuerdo con Juana Camila Gómez, secretaria del Interior, ocho situaciones importantes requirieron atención oportuna debido a la magnitud y el daño que estas mostraron.
No obstante, aunque estos hechos tratan de ser atendidos en el menor tiempo posible, algunos de ellos no pueden ser solucionados de manera inmediata. “La tierra continúa en deslizamiento, así que para poder intervenir, es necesario un terreno estable, pero las lluvias desafortunadamente no nos ayudan, el derrumbe sigue siendo constante y mientras esta situación se presente no podremos realizar ninguna acción”, resaltó la secretaria del Interior.
Desde la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo y la Secretaría de Aguas e Infraestructura, se viene adelantado un constante monitoreo y demarcación para evitar mayores accidentes a la población que reside y tránsita por los diferentes municipios y vías.
Para atender estos eventos, se dispone de maquinaria amarilla; sin embargo, “hay días o fines de semana donde hemos alcanzado hasta 70 deslizamientos. Ninguna maquinaria va a ser suficiente para atenderlos de manera inmediata”. Por tanto, la determinación que se toma para esto es “priorizar el tipo de magnitud del deslizamiento; por las vías que se ven afectadas; y el número de población que se encuentra incomunicada”, destacó Gómez.
Aunque los municipios más afectados han sido Filandia, Pijao, Circasia, Buenavista, La Tebaida y Armenia, y los demás continúan en alerta ante crecientes súbitas, eventos de remoción de masa, caída de árboles y demás daños en sus territorios, se insta a la comunidad a no arrojar basuras y escombros a las quebradas y hacer recorridos de seguimiento periódicos, para asegurarse de que las zonas se encuentren limpias y libres de obstáculos; hacer monitoreo del estado en que se encuentran los acueductos y realizar su respectivo mantenimiento preventivo; y revisar el estado de la infraestructura de los hogares, lugares de trabajo y estudio (canales y desagües).