La Corporación Autónoma Regional del Quindío anunció que sus expertos han realizado registros del loro orejiamarillo en las montañas de los municipios de Pijao, Salento y Génova. El loro orejiamarillo es una especie catalogada en peligro de extinción. La presencia de Ognorhynchus icterotis en la zona está altamente relacionada con la palma de cera.
Las acciones intensivas para su conservación: declaratoria en términos de Distrito Regional de Manejo Integrado, DRMI, en la cuenca del río Quindío en Salento y el DMRI de los otros dos municipios, permite tener zonas amplias de bosques asociados al árbol nacional, predios privados que tienen bosques conservados que favorecen su hábitat y ejecuciones de la autoridad ambiental han favorecido la especie, han estabilizado su distribución actual y por lo tanto se ha dado un proceso de recuperación en el tamaño de la población.
El Ognorhynchus icterotis es una especie en estado de peligro en Colombia y en categoría de amenaza vulnerable a nivel mundial. Además, según estudios hechos por la CRQ se han evidenciado registros de la especie en la cuenca alta del río Lejos del municipio de Pijao.
“El loro orejiamarillo es una especie residente en el Quindío, se identificaron desde una pareja hasta 30 individuos sobrevolando o posadas en palmas de cera con la cual tiene una amplia relación por anidación y por su alimentación”, expresó Diana Carolina Valencia Zapata, profesional universitaria de la Subdirección de Gestión Ambiental de la CRQ.
La corporación había formulado el ‘Plan de conservación para el manejo de aves frugívoras, amenazadas y endémicas en el departamento del Quindío’ donde la especie fue incluida y quedó priorizada, además de la localización de las especies en el plan reposa la distribución, las características de su comportamiento y las amenazas directas.
Referente a las amenazas se conoce que la fragmentación de los bosques y la deforestación generan pérdida de disponibilidad de frutos, se reducen los sitios para poder anidarse, para alimentarse y por lo tanto estos animales pierden su hábitat natural.
Claro está que a pesar de tener una relación directa con la Palma de Cera, de acuerdo con Valencia: “estos loros también se alimentan de frutos de Ceroxylon alpinum y de plantas como las rubiáceas, mirtáceas y euforbiáceas que son especies que están asociadas a los ecosistemas andinos y subandinos”.