He llegado a la conclusión de que los mejores amigos del alcalde de Armenia, James Padilla, son los concejales Germán Grisales, Jonathan Rojo, Felipe Villamil y José Ignacio Rojas; pues cada vez que este presenta un proyecto son los únicos que lo analizan a fondo, le subrayan los errores, advirtiéndole que no pasará el filtro de la Gobernación y mucho menos el del Tribunal Administrativo del Quindío, por una sencilla razón, están mal hechos.
Pero Padilla no los escucha, solo por un pequeño detalle: son la oposición; y Padilla, hombre de principios, solo atiende a su coalición sumisa, a su comité de aplausos y a sus perseverantes y tercos abogados que hoy parecen leguleyos que van de cagada en cagada hundiendo al buen hombre en una maloliente arena movediza.
Es que Padilla duerme con los enemigos, porque lo conducen hacia el abismo de un mandato mal calificado, de un gobierno para el olvido en el que los proyectos nacen muertos y en el que una mujer, absolutamente abandonada, tiene que dar a luz debajo de un puente, a la vista de todos, entre droga e indigentes, y aun así sigue totalmente olvidada. ¿Qué pasó con el bebé?, ¿qué pasó con la madre?
Los lambones sin carácter le hacen daño a Padilla y a su proyecto político, que refuerza su imagen de equipo sin escrúpulos que no se detiene por nimiedades como el cumplimiento de la normativa, como queda en evidencia en el proyecto del empréstito, el Acuerdo 0316, del 11 de septiembre de 2024, expedido por el Concejo Municipal de Armenia, que desconoce el ordenamiento jurídico al no haber establecido un límite temporal a las funciones otorgadas al Alcalde Municipal.
Viéndolo bien los 3 mosqueteros y Grisales, el independiente, lo único que han querido es que a Padilla le vaya bien; a los demás no les importa su suerte ni la de la ciudad en la que incluso algunos de sus líderes, por pura politiquería, han rechazado una obra como el coliseo Multideporte, solo porque es ejecutada por la Gobernación, sin tener en cuenta que esta es un regalo para Armenia ¡Soberana estupidez!
En cuanto al Acuerdo 12 del 6 de septiembre de 2024, “Por medio del cual se faculta al alcalde de Montenegro para constituir una empresa de servicios públicos domiciliarios y se dictan otras disposiciones sobre el asunto”, también hay errores evidentes. Tendrá entonces el alcalde Gustavo Pava que volver a presentar el proyecto, pero sin los errores detectados por la Oficina Jurídica de la Gobernación y confirmados por el Tribunal.
El TAQ dijo que en este acuerdo no se precisa si lo que se va a crear es una empresa oficial, privada o mixta, por lo que la autorización resulta genérica y ambigua y los montenegrinos no están para ambigüedades, están para acuerdos serios que les permita ver a su municipio crecer. El concejo montenegrino, de mayoría en coalición de gobierno, está súper apenado con Pava, y su presidente afirmó en una carta publicada en redes sociales que la corporación está “comprometida con el estudio serio” de los proyectos de acuerdo. Pues en este caso no parece. No es la Gobernación ni el Tribunal Administrativo, son ustedes, que hacen las cosas mal.
Al coliseo Multideporte le hicieron la guerra. Por esas casualidades del destino, el viernes pasado me encontraba allí viendo a la selección Quindío femenina de balonmano colgarse el bronce tras su victoria 24-20 sobre Bogotá en los Nacionales Juveniles. Iba a tomar una foto, cuando me llagaron las notificaciones y vi los fallos. No pude evitarlo, de inmediato pensé que a algunos malintencionados se les habían devuelto los malos deseos, pero no le di mente. La selección Quindío comenzó perdiendo, y al final había remontado; su rival fracasó, sus esfuerzos fueron nulos. En la noche ley los fallos: que errores tan…