El método de préstamo informal conocido como “gota a gota” ha ido ganando terreno entre los ciudadanos, especialmente entre aquellos de estratos 1 y 2, cuyos ingresos son menores a dos millones de pesos. A diario, cientos de personas, ante la falta de acceso a créditos formales, optan por esta vía no regulada, ignorando los riesgos de seguridad y las repercusiones económicas que conlleva.
Este modelo, caracterizado por la facilidad de acceso a dinero rápido pero con intereses elevados, también viene acompañado de altos riesgos. Uno de los aspectos más alarmantes de esta modalidad es la posibilidad de coerción por parte de los prestamistas, quienes en muchos casos emplean métodos intimidatorios para recuperar su inversión, poniendo en peligro la integridad de quienes acceden a estos préstamos.
“Mi vecina tiene 6 deudas, a diario llegan 6 hombres en moto, muchas veces ella les pide plazo porque no puede cubrir los pagos, incluso ha tenido que adquirir uno nuevo para pagar el otro, se le convierte en un ciclo que no termina, a veces se desespera”, señaló “Amanda” a QUINDÍO NOTICIAS.
Luis Gabriel Duque, director de Actuar Famiempresas, manifestó su preocupación ante el incremento de este tipo de préstamos y el impacto que está generando sobre los comerciantes e informales. Según Duque, los prestamistas informales están utilizando ahora herramientas tecnológicas para evadir los controles de las autoridades, lo que dificulta aún más el seguimiento de estas prácticas y expone a los usuarios a situaciones de violencia e intimidación.
“Es lamentable, las personas deben recurrir a esto por la falta de oportunidades, la necesidad de pagar una deuda lo más pronto posible, a veces me da temor con mi vecina que le hagan algo porque la han llegado a amenazar”, concluyó “Amanda”.