En la casa de garaje café vivió durante más de 20 años la señora María Rosa y su esposo. Allí fue encontrada sin vida. /FOTOS: ANDRÉS GARCÍA HERNÁNDEZ Y CORTESÍA.
Lo último que la familia de María Rosa Ocampo Gallego supo de ella fue que hacia las 11:30 de la mañana del pasado sábado le iba abrir la puerta, supuestamente, a los empleados de una empresa de telecomunicaciones.
Al menos eso fue lo que ella le dijo a una pariente con la que estaba hablando por teléfono.
Un par de horas después en el barrio Las Playas, de Belén, se regó el rumor de que a esta mujer de 69 años la habían asesinado.
Al llegar de trabajar su esposo la encontró amarrada de pies y de manos y amordazada en el piso de la última pieza de su casa, ubicada en la calle 11 con la carrera 71.
La vivienda además estaba revolcada y, según conoció Q’HUBO, de allí se llevaron dinero y algunas joyas.
El reporte judicial indica que doña María Rosa murió por asfixia mecánica. El coronel Aníbal Villamizar, comandante Operativo de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, dijo sobre este caso que se están revisando algunas cámaras de seguridad y conversando con testigos para tratar de dar con el paradero de los homicidas.
Antecedente:
La recuerdan con cariño
Doña María Rosa era de baja de estatura y robusta. Hablaba duro, pero simplemente era su tono de voz porque era una señora muy amable y servicial. Según manifestaron quienes la conocieron, era muy dada a colaborarle a quienes lo necesitaran.
La muerte de María Rosa causó consternación en Las Playas. A sus vecinas se les salían laslágrimas al recordarla.
/FOTO: CORTESÍA.
Sus allegados la describieron como una mujer fuerte, excelente abuela y buena patrona con sus empleados, además de estricta con sus cosas.
A doña María Rosa le sobrevive su hija mayor. Otros dos hijos fallecieron, uno de ellos también a manos de la delincuencia hace ya varios años.
Al hablar de esta adulta mayor todos los adjetivos son positivos, pero hubo algo que no se pudo pasar por alto y era su forma de cocinar. Y es que dicen que todo le quedaba rico y ella era feliz compartiéndolo, pues “era muy amplia con la comida”.
Cuando se preparan para darle el último adiós, la pregunta es la misma ¿qué pasó? Nadie se explica quién fue capaz de cometer semejante atrocidad contra ella, que “era una señora de su casa” y permanecía encerrada.
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