Sandra Lorena Arenas ganó la medalla de plata en marcha 20 kilómetros en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Ella nació en Pereira en 1993, pero de niña se marchó con sus papás a Quindío. Maria Rudy Zambrano y José Otoniel Arenas, padres de la deportista, vivieron en fincas donde recogieron café, trabajaron en con animales, entre otras cosas.
Su infancia transcurrió entre finca y finca, donde contrataran a sus papás, y ella junto a sus tres hermanos crecieron en el campo. Dependiendo el sitio donde vivieran, Sandra Lorena debía caminar varios kilómetros a la escuela.
De joven fue acólita del padre Jhonatan García en Calarcá y él le insistió mucho para que se dedicara al deporte luego de verla correr en una competencia. Al comienzo Sandra Lorena no le puso mucho cuidado, aunque antes de irse a vivir a Medellín en 2009 le quedó rondando eso en su cabeza.
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En la capital antioqueña se interesó por asistir al Índer y allí empezó su trabajo con Libardo Hoyos. El entrenador le exigió disciplina, probaron los 5.000 metros y otras distancias hasta que un día Sandra Lorena imitó a uno de los marchistas y de inmediato supieron lo que debían hacer.
De ahí en adelante fueron triunfos, en 2012 se coronó campeona Mundial en Saransk, Rusia. Los que la conocen hablan de su fuerte temperamento, que incluso le ha jugado en contra, pero su determinación para ganar una medalla olímpica dio su fruto.