Administradores dijeron fue un malentendido, “le pedimos usar tapabocas”, decirle que “comiera en desechable afuera no es tratarlo como un perro, no sabemos su procedencia”, agregaron.
Noticias Valle del Cauca.
“Pueblo chico, infierno grande”, dice aquel popular refrán que enuncia las complejidades cuando un posible rumor o ‘chisme’ se propaga y puede causar hasta tragedias. Es el caso de lo sucedido durante este fin de semana en el Distrito de Buenaventura.
Cuando dos clientes que llegaron a un reconocido restaurante del puerto se disponían a almorzar y pidieron a quienes les atendieron, que por favor sirvieran un plato más de comida a un joven que minutos antes se los había pedido.
Momento en el que empezó todo el lío.
La administradora del lugar, Sandra, habría indicado que le podría servir la comida, pero que no podía estar en la mesa.
Situación que generó una enorme molestia en la pareja que había invitado al joven, al parecer, habitante de calle.
Luego de comer decidieron marcharse del lugar, no sin antes grabar y realizar una denuncia.
¿Acaso es un animal?
Fue una de las preguntas que se hacía a través de redes sociales el hijo de la pareja de clientes.
“¿Por qué no lo dejan entrar?”, reclamaban, “por qué lo discriminan”, “no sean racistas”, “¿acaso es un perro para que le sirvan en desechable y coma afuera?”, “nosotros tampoco tenemos tapabocas”, eran varias de las preguntas y denuncias que los dos clientes se hacían.
Los vídeos y comentarios en redes sociales se hicieron virales, muchos acusaban al restaurante y pedían explicaciones, “no es posible que nos tiremos entre nosotros mismos”, decían.
La respuesta del restaurante
Tras la polémica, las quejas y acusaciones por las denuncias realizadas a través de redes sociales, los señalamientos en contra del lugar no se hicieron esperar.
Situación que llevó a sus administradores a emitir un vídeo tipo comunicado, en donde contaba su parte de la historia y daban una especie de aclaración sobre la sucedido.
Quienes informaron que lo sucedido el pasado viernes fue un malentendido.
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Ya que ni ellos ni sus meseros discriminaron al joven en condición de calle. “Ellos lo sentaron en la mesa, yo me acerco, saludo y sugiero que por favor para llevar”.
“Ahí empezó la confrontación con ellos”, dice Sandra, la administradora, quien manifiesta que no fue ni racismo ni mucho menos discriminación.
“El joven no tenía ninguno de sus implementos de bioseguridad y que era un habitante de calle y no estaba bien que estuviera en la mesa. El joven siempre está sin tapabocas y no sabemos su procedencia, solo quiero cuidar a los que están acá”, agregó.