lunes, septiembre 23, 2024

El regreso del loro orejiamarillo: un milagro natural capturado en el Valle de Cocora

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El Valle de Cocora, en el Salento, fue el escenario de un impresionante espectáculo de la naturaleza que ha devuelto la esperanza a los amantes de la fauna y la conservación. En el marco de la feria Salento Bird Fair, una bandada de loros orejiamarillos (Ognorhynchus icterotis), una especie que estuvo al borde de la extinción, fue capturada en fotografías por el fotógrafo Felipe Quintero Trujillo, marcando un hito en la preservación de esta emblemática ave del Quindío.

Quintero, quien lleva 12 años dedicándose a la fotografía de la biodiversidad de Salento y el Valle de Cocora, tuvo la suerte de presenciar este avistamiento en el Birdglamping Aviturismo Los Árboles. La llegada de estos loros, una especie que dejó de verse en la región durante años debido a la pérdida de su hábitat natural —la palma de cera—, fue recibida con asombro y emoción.

“En todo este tiempo no había logrado ver o fotografiar a esta especie tan emblemática”, compartió Quintero en sus redes sociales. “Pero este fin de semana, -dáis anteriores- al amanecer, una bandada de alborotados loros nos dio la bienvenida. Jóvenes, maduros y abuelos posaron para nosotros toda la mañana en los árboles de guayaba de altura que les encanta visitar para alimentarse”.

El loro orejiamarillo, que hace pocos años salió de la lista de especies en peligro crítico de extinción, parece estar regresando a su hogar. Sin embargo, Quintero reflexionó sobre un aspecto importante: “Entendí que los loros orejiamarillos han vuelto al Valle de Cocora, pero no les gusta volar sobre zonas turísticas masivas o donde hay monocultivos. Prefieren sobrevolar los bosques nativos de las reservas naturales, donde se sienten seguros”.

Cuenta de Facebook Felipe Quintero Trujillo

Ver, registrar o fotografiar a un juvenil de esta especie tiene un gran significado. Hace no mucho, el loro orejiamarillo estaba al borde de desaparecer, pero hoy están regresando a zonas donde el bosque nativo y las palmas de cera están sanos.

El regreso del loro orejiamarillo al Valle de Cocora es un testimonio de los esfuerzos de conservación, y para Quintero, una experiencia inolvidable. “Nunca olvidaré la mirada de este lorito a través de mis lentes, como queriéndome decir: ‘Nos estamos recuperando y estamos de nuevo aquí’”

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