Texto y Fotografía: Jhon Jairo Salinas.
El hospital La Misericordia de Calarcá pasa por una de las peores crisis de los últimos 20 años a causa de la ley 100 que sigue haciendo estragos, al convertir el derecho a la salud en una mercancía, desconociendo el principio universal de la salud como derecho básico fundamental.
Por estos días los, y las profesionales de la salud, del centro hospitalario de Calarcá, vienen haciendo marchas y plantones exigiendo el pago oportuno de sus salarios atrasados.
A esto le sumamos la politiquería que viene imperando en la segunda ESE del departamento, lo cual hace que su funcionamiento sea caótico. Alguien me dirá:
“Esto es un problema de las E.P.S que le adeudan $13.000 millones de pesos al hospital”. Yo les contesto: los dueños de dichas empresas prestadoras de salud también son financiadoras de campañas políticas, garantizando el negociado de la salud, a costa de votantes incautos… Así que no nieguen que el manejo de la salud, si es un negocio politiquero.
Es inadmisible que los profesionales de la salud se vean sometidos a los vejámenes de quienes usan el poder político, transgrediendo los principios éticos de la medicina sustentados en la “ética médica: autonomía, beneficencia, no maleficencia, y justicia. Los pacientes tienen derecho moral a tomar sus propias determinaciones en relación con su vida, su salud y su felicidad”.
Señor gobernador, señores diputados, señor defensor del pueblo, señores procuraduría, señor personero, señor gerente, señores de las EPS, señores de cooperativas de trabajo asociado; les recuerdo que: «La ética médica es un sistema de principios morales que se aplican a la práctica de la medicina clínica y la investigación científica. Entre los principios que rigen la ética en medicina encontramos los de honestidad, cuidado, integridad, no discriminación y confidencialidad”.
No es hacer de la salud un negocio y, mucho menos, menoscabar el derecho al trabajo digno de auxiliares de enfermería, paramédico, enfermeras y médicos en general. Es una vergüenza que por maniobras politiqueras se les esté adeudando tres meses de salario a quienes velan por la vida en el hospital La Misericordia.
El problema de la actual situación del hospital La Misericordia tiene que ver con la naturaleza de un sistema perverso, problema de malos gobiernos y administraciones, que le juegan a la ganancia. Es un sistema basado en el libre mercado.
Y, como si fuera poco, la Secretaria de Salud del departamento del Quindío y las entidades del ente de Control dejan pasar por la faja la sentencia del Consejo de Estado 00485/ 2017: «El personal misional permanente de las instituciones públicas prestadoras de salud no podrá estar vinculado mediante la modalidad de cooperativas de trabajo asociado que hagan intermediación laboral, o bajo ninguna otra modalidad de vinculación que afecte sus derechos constitucionales, legales y prestacionales» …
La Misericordia, una historia del civismo de Calarcá
Recordar que la construcción del segundo centro hospitalario más importante de la región fue el resultado de bazares, carreras de caballos, desfiles y donaciones de quindianos con sentido humanitario y de ayuda al más necesitado. Así, el hospital de caridad ubicado en el municipio de Calarcá fue inaugurado el 9 de enero de 1922.
La administración y atención a los usuarios de los servicios de salud estaban a cargo de las Hermanas vicentinas, 1986 en la institución. (Reseña histórica suministrada por el portal web Hospital La Misericordia).
Este centro hospitalario fue uno de los más importantes del occidente colombiano, con reconocimiento a nivel mundial por la famosa dieta del doctor Jaramillo.
Como lo registró el Periódico El Tiempo en su momento: La dieta Jaramillo era un complemento a la leche materna que buscaba que los bebés fueran alimentados con verduras, cereales y carne, ricos en proteínas vegetales y animales durante los primeros seis meses de vida para lograr que crecieran sanos, fuertes e inteligentes. Hasta hace algunos años más de 35.000 niños en el Quindío, 200.000 en todo el país y cerca de 250.000 en todo el mundo recibieron esta famosa dieta, desarrollada en el hospital La Misericordia.
¡Abajo la Tercerización laboral!, ¡Abajo la politiquería en el manejo de los recursos de la salud! Son las consignas de los trabajadores de la salud, de este centro hospitalario.