La aplicación de la vacuna de AstraZeneca se suspendió definitivamente por sus extraños pero delicados efectos adversos. Así lo anunciaron este miércoles las autoridades de salud de Dinamarca, convirtiéndose en el primer país europeo en abandonar la administración del biológico.
Pese a las recomendaciones de la OMS y los veredictos de la EMA, Soren Bostrom, director de la Agencia Nacional de Salud, informó que el país decidió continuar el plan de vacunación sin el uso del inmunizante británico.
Según las autoridades, cerca de las 150.000 personas que recibieron una inyección de este fármaco, se les ofrecerá otra para su segunda dosis.
Asimismo, informaron que la decisión se tomó luego de conocer varios informes que detallan casos excepcionales de coágulos sanguíneos. Además, combinaban una baja en el nivel de plaquetas y sangrado.
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Por su parte, Sudáfrica ya había dado el primer paso en febrero para la renuncia, pues la eficacia del biológico británico está en duda ante la variable que azota el país.
De otro lado, Estados Unidos, al igual que Suiza, todavía no autorizan su uso, y Venezuela se negó a hacerlo aduciendo sus efectos secundarios.