Autoridades han advertido que los mensajes que se han ido viralizando en redes, “ponen en riesgo al municipio” de Tuluá, donde ocurrió el hecho y es el segundo caso este año.
Noticias Valle.
De la vida de Santiago Ochoa hasta ahora se conoce poco, el alcalde de Tuluá reveló que tenía un registro policial y al medio TuBarco pudo confirmar que se trató de un comparendo por Ley 1801 por drogas, y otro por no portar tapabocas, no estuvo detenido por ninguno de los dos, pero no hay mayores detalles del caso, de su desaparición por horas tampoco se conoce mucho, mientras su familia vive hoy la tragedia de una muerte atroz.
Habría participado en manifestaciones sin embargo, su familia hasta ahora no ha confirmado.
En su casa los Ochoa tratan de digerir lo ocurrido, en las redes sociales se han tejido toda suerte de hipótesis que han puesto en alerta a Tuluá y al Valle del Cauca.
El hallazgo
El pasado sábado en un antejardín cerca a su casa, fue dejada la cabeza del joven Santiago Ochoa. En bolsas plásticas.
Así se enteraron sus seres queridos, que había sido víctima de un cruel homicidio.
Desde la mañana que el joven salió en su bicicleta, no habrían vuelto a tener contacto con él. Sin embargo, no se habrían hecho llamadas de reporte por desaparición.
Ocurrió en el corregimiento de Aguaclara, donde la semana pasada no hubo confrontaciones ni bloqueos de vías.
Tampoco ha habido presencia del Esmad en la zona desde hace varios días, no hay reportes, ni evidencias en fotos, vídeos o denuncias ciudadanas que indiquen que policías estaban en la zona.
Mismos ciudadanos han pedido que se divulguen los vídeos de pruebas que hayan de que el Escuadrón Antidisturbuios se llevó al joven. Temen problemas de orden público graves después de los señalamientos, que hicieron inicialmente en sus redes los congresistas Inti Asprilla y Feliciano Valencia, asegurando que uniformados de ese escuadrón son los responsables, y que se han viralizado y compartido miles de veces.
¿Quién o quiénes mataron a Santiago Ochoa?, es la pregunta que ronda y de la que no hay respuesta aún, pero si conjeturas que preocupan a ciudadanos y autoridades.
No hay reportes conocidos hasta ahora, de llamados de alerta por parte ni de la llamada Primera Línea en Tuluá; medios, redes ni organizaciones de derechos humanos, que indiquen que al joven se lo había llevado el Esmad.
Hasta ahora, no se conocen diligencias de ciudadanos buscando a Santiago en la policía, ni advirtiendo su supuesta detención.
Tampoco hay datos, ni información que apunten a quién o quiénes se llevaron al joven. Con quiénes se vio ese último sábado de su vida.
Organizaciones de derechos humanos, han pedido justicia y que se investigue.
“La desaparición forzada, asesinato y decapitación del joven Santiago Ochoa, de 22 años, secuestrado el día 19 de junio de 2021 en el municipio de Tuluá (Valle del Cauca), constituye una violación de Derechos Humanos propia de una dictadura”.
La Alcaldía se pronunció y pidió evitar conjeturas que pueden poner en riesgo al municipio.
Por su parte la Policía del Valle del Cauca, ofreció hasta $10 millones de recompensa por información que permita dar con los asesinos de Santiago Ochoa.
Es el segundo crimen atroz ocurrido en este municipio en lo que va del 2021.
A Manuel G., de 20 años de edad, también lo mataron y le cercenaron el cuerpo. Su cabeza fue hallada al interior de una bolsa negra a las afueras de la plaza de mercados de Tuluá el pasado jueves 14 de enero del 2021.
El joven trabajaba en el mismo lugar, vivía en el barrio la Esperanza y era padre de un pequeño niño.
En el llamado ‘Corazón del Valle’, la violencia y la intolerancia, ha dejado cientos de víctimas. Gran parte de los homicidios, relacionados con vendettas entre bandas y micotráfico.
En el caso de Santiago Ochoa, piden “no dejar” el caso en un debate de la violencia en las calles, sino “determinar qué pasó realmente”. Que haya culpables capturados.