lunes, septiembre 16, 2024

Buscan revivir la rumba en Juanchito y que esta sea reconocida como patrimonio por la UNESCO

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La incesante ola de violencia que comenzó a tener Juanchito entre mediados de los 90’s y comienzos de los 2000’s, le pudieron a la famosa reputación que tenía de ser el corregimiento más rumbero aledaño a Cali, hoy pretenden revivirlo, ¿volvería a bailar en Juanchito?

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Los discos de Richie Ray y Bobby Cruz o los clásicos de la Sonora Matancera, son recuerdo de bailadores que azotaron baldosa hasta que el sol saliera y los despachara a sus casas. Quién no recuerda la famosa historia del diablo en Juanchito, haciendo su aparición en Agapito y para completar, los famosos Carnavales de Juanchito, que en su tiempo un hombre llamado Larry Landa, gestaba la presentación de varios cantantes de salsa de la época totalmente gratis; Celia Cruz, Héctor Lavoe o Son 14, alcanzaron a estar.

Recuerdos inmemorables para aquellos que se comunicaban a través de pasos improvisados sacados de películas como Cantinflas pero con la particularidad de un estilo caleño y que probablemente también le haya tocado estas épocas de oro a los más contemporáneos con las famosas ‘minitecas’.

¿El otro diablo en Juanchito?, un puente que lleva años en construcción

Antes de Juanchito, ¿dónde «apareció» el diablo en una discoteca?

Durante años Juanchito, era el sitio escogido por muchos para el goce y el disfrute. Allí convivían los jóvenes decadentes de ritmo y los poderosos entregados a la mafia, pero esa mezcla fue la que hizo que en un momento determinado todo cambiara.

La violencia y los fenómenos naturales; los actores que opacaron Juanchito

Para comienzos de los 90’s la gente seguía bailando pero entre las balas y el sórdido Guaguancó. Los llamados ajustes de cuenta o los mal nombrados casos de limpieza social se comenzaban a acrecentar en este corregimiento, herencia de la guerra de carteles y la situación de violencia desencadenada por las mafias de la región.

La economía en esta zona tenía movimiento, según cifras estatales reseñadas en El Tiempo, para 1995 Juanchito contaba con 35 discotecas, 15 moteles y establecimientos varios que ofrecían empleo a más de mil personas, todo esto sin contar los más de 60 vendedores informales.

Por su cercanía con el Río Cauca, las personas que vivían en este corregimiento comenzaron a ser víctimas de los desbordamientos de este río.

Changó, era una de las discotecas de la época donde se reunían personajes de renombre a disfrutar. Foto: Biblioteca Departamental del Valle.

La dinámica en temporada de lluvias comenzaba a ser recurrente; casas inundadas, enseres perdidos y pistas de baile enlodadas. Muchos de los establecimientos nocturnos se iban a pérdidas por esta situación, pues no había forma de prestar el servicio.

Comentan algunos que saben de historia que la inundación más fuerte que llegó a tener este corregimiento data de 1951 y entonces un sacerdote de nombre James Jacobs se fue a orillas del Río Cauca para suplicar a la virgen de la Asunción para que cesara sus corrientes.

La reactivación que contempla estos factores

Bajo el pretencioso nombre de «Paisaje Cultural de la Caña de Azúcar», un grupo de alcaldes del Valle del Cauca, buscan integrar zonas como Juanchito para que sea un atractivo cultural.

La idea salió de un encuentro de alcaldes en Juanchito. A la reunión asistieron los mandatarios de Palmira, Candelaria, Cali, Yumbo, Florida y la gobernadora del Valle.

Básicamente se plantea que uno de los productos más representativos que tiene el Valle, en este caso, la caña de azúcar, sea el emblema al rededor de un circuito de turismo focalizado en Juanchito y zonas aledañas de municipios con potencial agrónomo.

En lo que respecta a Juanchito revivirían su ya desaparecido carnaval para que los visitantes disfruten y conozcan, se tendría además la navegabilidad del Río Cauca.

Las condiciones de seguridad y revitalización de lo ecológico de este corregimiento también entrarían a ser evaluados. Quieren que la UNESCO reconozca esta iniciativa como un patrimonio de la humanidad, al igual que lo hicieron en el centro del país con el «Paisaje Cultural Cafetero».

La propuesta contempla también la navegabilidad por el Río Cauca, aprovechando el turismo que se pueda hacer en la zona. Foto: Alcaldía de Candelaria.

Sin embargo, los ecos de quienes se oponen se han hecho escuchar, piensan algunos que este proyecto es pretencioso y «camuflado», ya que beneficiaría a familias dueñas de los grandes ingenios azucareros del suroccidente.

Una propuesta controvertida

«El impacto ambiental de la caña de azúcar presenta varias amenazas ambientales que se resumen en degradación de suelo, erosión del suelo, contaminación del agua, pérdida de biodiversidad, deforestación e impacto en los ecosistemas y el empobrecimiento estructural que esto ha causado en población afrodescendiente», opinó Rodrigo Salazar, concejal de Cali.

También entró a la controvertida discusión el exalcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, «es surrealista esta propuesta a poco tiempo de ser el (Cali y el Valle) anfitrión de la COP».

Pero en medio del mar de negaciones, también hay otras voces, por ejemplo, el exconcejal de Cali, Juan Martín Bravo sostuvo que, «La COP16 es una oportunidad para demostrar cómo podemos transformar esta industria en un modelo de sostenibilidad que proteja la biodiversidad y fortalezca nuestra economía. Lejos de ser una propuesta negativa, el Paisaje Cultural Azucarero puede convertirse en un ejemplo de integración entre economía, cultura y medio ambiente en nuestra región».

Lo cierto es que la cosa no está nada fácil para esta propuesta ya que la misma ministra Susana Muhamad, parece haberle cerrado de ipso facto las puertas al proyecto.

«En el año de la #COP16 en Cali lo que hay que recuperar es la biodiversidad del Valle. En vez de nombrar el monocultivo de caña “paisaje cultural” debería reconvertirse a agricultura bio-diversa en un pacto de justicia social y ambiental al menos 30% del territorio de la caña, en cumplimiento del marco Kunming-Montreal.» Susana Muhamad, ministra del Medioambiente.

La ministra invitó a Asocaña y a los ambientalistas a que hablen de esto ampliamente, no descarta que la propuesta cultural y turística sea viable, pero sí que el planteamiento de la iniciativa debería de tener un cambio.

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