La canción «El Son Sureño», compuesta por Tomás Burbano en 1967, celebra la riqueza cultural y la diversidad de la región de Nariño, Colombia. Con un llamado a la danza y la unidad, esta obra resalta los paisajes y la identidad de sus pueblos, reafirmando el orgullo de sus habitantes.
Mi Nariño es tierra firme, el trabajo es su bandera…» Con estas palabras, la canción «El Son Sureño» invita a todos a celebrar la cultura de Nariño, un departamento conocido por su belleza natural y su rica herencia folclórica. Compuesta por Tomás Burbano y grabada en 1967 por la Ronda Lírica, esta obra se ha convertido en un emblema de la identidad regional.
Según el periódico Diario del Sur, Tomas Burbano Ordóñez (Monederos), compositor y arreglista de gran calidad, nació en Ipiales en 1919 y murió en Medellín el 9 de abril de 2001. Su padre, el maestro Teófilo Burbano, y su madre Rosa Elena Ordóñez; su madre pianista y su padre compositor, arreglista y director de la Banda de Pasto, fue del que recibió sus primeras enseñanzas musicales.
La letra de «El Son Sureño» no solo destaca la geografía local, mencionando lugares como Ipiales, Tumaco y Sandoná, sino que también evoca el espíritu comunitario y festivo de su gente. A través de sus versos, Burbano anima a los forasteros a unirse a la celebración, simbolizando la hospitalidad y la apertura de la región.
Este género musical, con influencias de diversas tradiciones, resuena en el corazón de los nariñenses, recordando su conexión con la tierra y la cultura. Con ritmos alegres y melodías cautivadoras, el son sureño continúa siendo una pieza clave en las festividades locales, perpetuando una tradición que une a generaciones.
El legado de «El Son Sureño» no solo vive en la música, sino también en el orgullo de sus habitantes por su rica cultura y su compromiso con el trabajo y la unidad. Como dice la canción, “vamos todos a bailar”, reafirmando que la alegría y la comunidad son el verdadero tesoro de Nariño.