Liderados por el artesano Andrés Barrera y sus hermanos, el Taller del Abuelo ha hecho presencia en el Carnaval de Negros y Blancos por más de 15 años.
Noticias: Especial Carnaval de Negros y Blancos en Pasto.
Los hermanos Barrera crecieron en una familia de artesanos del Carnaval de Negros y Blancos. Su abuelo y su padre recorrieron varios años la senda con sus motivos, eso les inspiró para seguir el legado.
Desde sus tempranas incursiones en el Carnaval fueron los primeros artesanos en emplear técnicas innovadoras y tecnológicas a sus carrozas con movimiento.
La aplicación de movimientos de altura, luces, pólvora eléctrica o pirotecnia fría y el control remoto, hicieron que sus obras cobraran vida.
Además, las espectaculares figuras talladas en diversos materiales y pintadas con mágicos colores, engalanan el desfile magno del 6 de enero.
Siguiendo el legado de su abuelo, recrean historias y fábulas que él les contaba cuando eran niños.
De ellas se inspiraron tal y como lo señala el artesano Andrés Barrera.
Homenaje a la mujer nariñense
Para esta versión del Carnaval de Negros y Blancos, se inspiraron en la ‘Guaneña’,como un homenaje a la mujer nariñense.
“¡Guaneña! Es música, es danza, es historia, ¡es mujer! es arrullo entre los brazos tibios de la madre, es él recuerdo del café caliente al llegar a casa, es música campesina que nos evoca las fiestas del pueblo, es Carnaval de Negros y Blancos”, reseña el artesano Andrés Barrera.
Son más de 45 personas las que integran esta escuela del Carnaval y que trabajan día y noche para culminar la majestuosa obra y maravillar a propios y turistas en todo el recorrido de la senda.
“Hablar de Guaneña es invocar al imponente volcán Galeras. Debemos escuchar el rugir del fuego en la tierra y el trinar de las aves en los amaneceres. Sentir el soplar del viento, es arar la tierra y depositar en ella la semilla”, añade Barrera.
Escuela del Carnaval
La creación de las majestuosas obras ha hecho que varios niños y jóvenes se interesen por formar parte de este taller, que hace más de 12 años se convirtió en escuela del Carnaval.
Entre quienes integran el taller se reparten las clases de artes plásticas, empapelado y todo lo relacionado con el movimiento mecatrónico de las imponentes figuras que se den paso por la senda cada 6 de enero.
A través de este aprendizaje los más pequeños se convierten en el presente y futuro de la festividad más representativa de los nariñenses ante el mundo.
“Involucrar a estos chiquitines en la construcción de las carrozas es mantener vivo el Carnaval”, concluye Barrera.
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