En 1834 un temblor de magnitud 6.4 devastó la ciudad.
El pasado 17 de agosto, un fuerte temblor de magnitud 6.1 sacudió el centro del país, generando miedo entre sus habitantes. Aunque el epicentro fue en El Calvario, Meta, este sismo tuvo gran repercusión en Bogotá, donde se presentaron más de 100 réplicas a lo largo de 72 horas.
Ante este panorama y la posibilidad de que se generen nuevos movimientos telúricos similares en diferentes zonas del país, Santa Marta Al Día consultó con la oficina de gestión del riesgo para conocer qué tan vulnerable se encuentra la capital del Magdalena ante estos fenómenos.
María Victoria Moscarella, jefe de la Oficina para la Gestión del Riesgo y Cambio Climático –Ogricc-, aseguró que, actualmente existe una alta probabilidad de que se presenten movimientos telúricos en Santa Marta.
La ingeniera ambiental, también aseveró que, este tipo de fenómenos naturales no es nuevo en Santa Marta, pues el territorio ha sido testigo de varios movimientos sísmicos durante el presente año, que obliga a las autoridades a estar alerta ante uno de mayor intensidad.
“Las personas deben participar en todos los simulacros que se estarán realizando en Santa Marta, para estar preparado ante cualquier circunstancia (…) A veces no le prestamos atención y terminan presentándose accidente cuando se desconoce el actuar”, señaló Moscarella.
En ese orden de ideas, la jefa anunció que pronto se estarán realizando algunos simulacros de terremotos con instituciones educativas y los diferentes gremios de la ciudad.
Por otra parte, es precio mencionar que, el Servicio Geológico Colombiano, expuso que, en la actualidad, no existe un método científicamente comprobado que pueda predecir los movimientos o magnitud de un sismo, ni sus réplicas.
El 22 de mayo de 1834, un terremoto de magnitud 6,4 sacudió y devastó a Santa Marta, cuando apenas el reloj marcaba las 3:00 de la mañana, tomando a todos sus habitantes por sorpresa y generando gran caos en toda la ciudad.
Este movimiento telúrico, que tuvo profundidad de 10 kilómetros y que llegó a sentirse en Cartagena, Riohacha, Valledupar y Maracaibo, Venezuela, dejó una persona muerta y cuatro heridos por el colapso de muros, según los datos históricos presentados por el Servicio Geológico.
Este sismo y las más de 50 réplicas que se registraron en los primeros cinco días siguientes, abrió una gran grieta en una de las calles del municipio de Puebloviejo. Además, en Santa Marta se generaron grietas de las que brotó agua que inundó la zona norte y sur.
De acuerdo con los registros que reposan en el Servicio Geológico Colombiano, más de 100 viviendas quedaron destruidas o inhabitables. Asimismo, se presentaron graves daños en La Catedral; las iglesias de Santo Domingo, San Francisco, San Miguel, San Juan de Dios; la casa de tesorería, la Aduana, el colegio seminario, el hospital militar y los cuarteles.
En Mamatoco, que para ese entonces era una población apartada de la ciudad, las viviendas también quedaron en ruinas, al igual que la iglesia en el corregimiento de Taganga.
Este devastador sismo ocasionó que muchos habitantes de Santa Marta acamparan en toldos y construyeran casas de bahareque para ‘vivir’ en medio de la ruina en la que quedó la capital del Magdalena.
Fue tanto el daño causado, que los fondos recolectados por el Gobierno Nacional para atender una emergencia similar en Pasto, fueron destinados para socorrer a los samarios.
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