Estos elementos y otros más fueron hallados en las redadas de capturas a los cinco implicados.
Además de las múltiples pesquisas e indagaciones que la Fiscalía realizó para identificar, ubicar y capturar en Medellín a las cinco personas involucradas en el país con el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, durante estas redadas los investigadores hallaron una serie de elementos importantes que ahora son objeto de una minuciosa exploración, pues los consideran piezas fundamentales para desentrañar definitivamente el caso.
Entre estos hallazgos llamativos los investigaron tienen en su poder un teléfono celular marca Samsung Galaxy A70, siete tarjetas sim card Claro, y dos memorias micro SD.
Además una pistola traumática marca Zoraki, con láser incorporado, un proveedor y 17 cartuchos.
También una caja con munición para arma calibre 9 milímetros, marca OZK con 33 cartuchos, un kit de aseo personal, un manual de uso y una factura de pago por 4.798.000 pesos colombianos.
Igualmente hallaron dos facturas con pagos por más de 3 millones de pesos, un bolso aparentemente de uso femenino, color crema y en cuyo interior había unos aros, así también 450 mil pesos en efectivo y cinco facturas de compras por un total de 3.937.650.
Estas piezas hacen parte del rompecabezas que tratan de armar las autoridades para dar por cerrado el caso, al menos en lo que tiene que ver con Colombia, pues como se ha informado los determinadores podrían estar en el mismo Paraguay, Brasil, o incluso en cárceles de Estados Unidos, a donde fueron extraditados poderosos narcotraficantes investigados por Pecci.
A la Fiscalía le llama poderosamente la atención que el único de los capturados que no aceptó los cargos sea precisamente el señalado por los investigadores judiciales como el que planeó la ejecución del crimen en Barú, el que escogió a los participantes en el complot y el financiador del mismo.
Esta persona sería el enlace con los determinadores o autores intelectuales, aunque también hay otra hipótesis de que haya actuado como un intermediario con capos colombianos, que serían finalmente los que tendrían el contacto directo con los cerebros de la trama y que permanecen en territorio extranjero.
Como se ha informado, se trata de Francisco Luis Correa Galeano, de 43 años, militar retirado del Ejército, y según la Fiscalía perteneció a la banda criminal Los Paisas, unas organizaciones de narcotraficantes que surgieron luego de la desmovilización paramilitar que se dio entre 2003 y 2006.
Los otros implicados que reconocieron su participación en el magnicidio, y que es posible se acojan a sentencia anticipada para reducir pena son: Eiverson Adrián Zabaleta, Cristian Camilo Monsalve, Marisol Londoño Bedoya y el venezolano Wendel Scott Carrillo.
Permanece prófugo de los de este grupo Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza, también de nacionalidad venezolana, quien manejó la moto acuática en la cual iba el sicario desde Playa Blanca hasta el hotel Decameron, donde se ejecutó el lamentable homicidio por el que pagaron 2 mil millones de pesos.