Su último recuerdo es un mensaje de voz que le envió una hora antes.
Jennifer Araoz está destrozada por la muerte de su esposo, el patrullero de la Policía Naudin Córdoba Mena, baleado en la tarde del lunes en el boulevard de Caribe Verde y murió ayer miércoles en el Camino Adelita de Char.
«Estoy consternada por todo lo que está pasando. Yo, sus familiares, sus hijos sobre todo. No entendemos por qué le pasó esto. No hay indicios. Esa es la gran duda, jamás y nunca ha tenido problemas con nadie. No sabemos quién le hizo esto porque era una persona intachable», contó.
La mujer indicó que hace dos años se habían mudado a Caribe Verde y solo quiere que se haga justicia.
«Queremos justicia. Que nos colaboren para saber quién es el autor de todo esto. Él era un héroe y así lo vamos a recordar», indicó.
Jennifer precisó que su esposo murió porque Dios se lo llevó y no porque haya sido desconectado de los aparatos que lo mantenían con vida en la UCI.
«Se lo llevó Dios. Aclaro que no hubo desconexión porque nunca lo iba a aceptar. Desde las 3:01 minutos del lunes mi vida y la de mis hijos cambiaron totalmente», contó
El patrullero dejó dos hijos de 3 y 14 años. La última vez que su esposa escuchó su voz fue una hora antes del atentado a bala.
«A las 2 y pico me mandó una nota de voz y me dijo: Mija, ya voy para la casa. Acababa de salir de turno y a las 3:01 me hicieron una llamada y yo no creía hasta que ví la foto», indicó.
La mujer dijo que su esposo iba a recoger a su hijo de 14 años al colegio, pero ya el menor había salido en un bus por lo que él decidió irse directo para la casa.
Indicó que el hijo de 14 años se bajaba del bus en la otra esquina al momento de los hechos, pero no se percató de que el herido en ese momento era su padre.
Jennifer aseguró que su esposo era una excelente persona. «Excelente padre, excelente vecino», puntualizó finalmente.