El rector del Gimnasio Colombo Británico pide a las autoridades un plan de contingencia para que los niños no queden atrapados.
Más de 70 rutas escolares se vieron afectadas el miércoles 6 de noviembre en el colapso vial de la autopista Norte de Bogotá, ocasionado por intensas lluvias que provocaron inundaciones. Según el rector del Gimnasio Colombo Británico, Walter Abondano, la situación generó una movilización sin precedentes para salvaguardar a los estudiantes, quienes quedaron atrapados en las rutas hasta la madrugada.
«Tuvimos 7 rutas que estaban en medio de las inundaciones; después de las 11 de la noche comenzamos a movilizar a los niños. A la 1 am entregamos al último niño«, relató Abondano en declaraciones a La FM de RCN, detallando el esfuerzo y la coordinación con las autoridades para enfrentar la crisis.
La situación llevó al colegio a suspender las clases para evitar nuevos riesgos en las vías, especialmente en la autopista Norte y la carrera séptima, donde los colapsos fueron críticos. «Tomamos la decisión de suspender clases porque sabíamos que la autopista y la séptima iban a estar colapsadas, entonces no teníamos la posibilidad de ingresar a los niños al colegio», explicó el rector.
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«Estamos revisando si para mañana podemos volver a clases. Lo que se vivió ayer no se quiere repetir nunca», dijo.
Abondano hizo un llamado urgente a las autoridades y a la ciudadanía para que se tomen acciones definitivas frente a la problemática de movilidad que, asegura, afecta a Bogotá desde hace años. «Pediría que realmente hicieran un consenso porque esta es una situación que se viene viviendo desde hace muchos años», expresó.
«La movilidad por la autopista Norte se nos complicó desde hace mucho; las obras son demoradísimas, nos habían prometido que iban a ampliar la Séptima y seguimos igual. Tenemos el gravísimo problema de la indisciplina porque la gente no respeta las normas de tránsito», manifestó.
Durante la noche de caos, el rector destacó el apoyo recibido por parte de la Secretaría de Educación y otros organismos, aunque subrayó la necesidad de mejorar los planes de contingencia en la ciudad. «Tengo que reconocer que la Secretaría de Educación, del Gobierno, tuvimos comunicación con ellos desde las 10 de la noche y estuvieron presentes hasta altas horas de la madrugada. Esto no estaba previsto por nadie; semejante situación de caos nadie la previó y en medio de la crisis se buscan soluciones».
Abondano también criticó la falta de planeación a largo plazo y expresó que esta emergencia evidenció la vulnerabilidad de Bogotá frente a eventos imprevistos. «Bogotá es muy frágil; con cualquier evento se bloquea y quienes sufren son los niños», señaló, agregando que el desbordamiento de aguas pudo haberse agravado por intervenciones en los humedales. «De pronto se han intervenido los humedales y el agua busca por donde correr, entonces, ¿quién está revisando eso?».
Para los estudiantes atrapados, las labores de rescate incluyeron el uso de balsas para trasladarlos a un lugar seguro. Sin embargo, el rector lamentó la tardanza en la llegada de organismos de socorro y vehículos de emergencia debido al tráfico colapsado. «Los organismos de socorro llegaron hacia las 10 de la noche… inclusive los carros de bomberos se demoraron en llegar porque no tenían cómo llegar», expresó.
Este jueves, el Gimnasio Colombo Británico y otros colegios en Guaymaral permanecen cerrados, mientras se evalúan las condiciones para retomar las clases con normalidad en los próximos días.