Un total de 639 familias del pueblo Emberá han retornado a sus territorios ancestrales en los departamentos de Risaralda y Chocó de la mano de la Unidad para las Víctimas.
La Unidad para las Víctimas acompañó el proceso de retorno de 102 familias (243 personas) de la comunidad Emberá, que se encontraban asentadas en la ciudad de Bogotá y se dirigían a sus resguardos ancestrales en Pueblo Rico, Risaralda y Alto Andágueda en Chocó.
Como ya es habitual, su punto de desembarque, tras casi 15 horas de viaje por vía terrestre desde la capital del país, fue el colegio Intercultural Dokabú, situado justamente en el resguardo Gitó Dokabú de Pueblo Rico, Risaralda.
Este traslado fue posible gracias a la concertación con el gobierno autónomo, un proceso liderado por la Unidad para las Víctimas, en el cual convergen entidades que buscan poder satisfacer las necesidades de las comunidades desplazadas para lograr un retorno sostenible en el tiempo.
“Estamos muy contentos de que las familias de nuestra comunidad indígena, que se encontraban en difíciles condiciones en la ciudad de Bogotá, puedan volver a sus hogares, sin duda es aquí en el territorio donde pueden sentirse libres, en armonía con sus tradiciones y en el ambiente que los vio nacer”, expresó al respecto Luis Eduardo Torres, director territorial de la Unidad en el Eje Cafetero.
Más de 10 buses arribaron con las familias Emberá sobre el mediodía de ayer a territorio risaraldense. La imagen de satisfacción al reencontrarse y abrazarse con familiares que habían dejado atrás, compensa la labor institucional que se cumple para hacerlo realidad.
Este proceso es el séptimo de este tipo que se cumple desde el pasado 1 de diciembre del año 2021, con lo cual la entidad ha acompañado el retorno voluntario de 1.883 indígenas a su tierra.
Estos retornos se cumplen con el compromiso imperioso de tres principios: voluntariedad, seguridad y dignidad, lineamientos de la Unidad que apuntan a un nuevo comienzo fructífero y progresivo para estas familias.
Una vez en Dokabú además de la alimentación respectiva, las familias también recibieron kits de hábitat para mejorar sus viviendas en los resguardos y un kit de herramienta que les facilitará su dedicación en labores agropecuarias.
La Unidad para las Víctimas continuará realizando una veeduría a los 103 compromisos que se pactaron con las autoridades indígenas desde noviembre de 2022, con el fin de garantizar que las entidades cumplan y los Emberá puedan permanecer en el territorio de origen.
“Seguiremos trabajando desde el nivel central y la dirección territorial, para garantizar la materialización de toda la oferta institucional que permita precisamente el arraigo de las familias a sus resguardos”, concluyó el directivo local.